Mientras tú no estabas

Santiago Galicia Rojon Serrallonga

Mientras tú no estabas, caminé por los sitios que frecuentamos, quizá para seguir tus huellas con la mirada y así acompañarte con mis pensamientos y sentimientos, o tal vez con la intención de recolectar flores que posteriormente dispersé en los rincones de la casa para recibirte con la misma alegría e ilusión de la primera vez que te vi y decidí amarte.

Al no tenerte cerca, ocupé el tiempo que te dedico a escribir poemas, contar estrellas, abrazar un árbol, coleccionar hojas y hundir los pies en el barro, en el río, para sentir el pulso de la creación e inspirarme en lo que hago.

Iba al jardín, a la alcoba, a la cocina, al desván, a nuestra banca de madera, durante la brevedad de tu ausencia, seguramente para llenarme de ti, impregnar mi ser con la fragancia de tu perfume, sentir las caricias que siempre me das, probar los sabores de las recetas que preparamos, escuchar el eco de nuestras risas y hasta la música y los juegos que disfrutamos.

Me percaté, cuando no estabas, que adelante se encontraba el horizonte y podía, en consecuencia, seguir mi camino, como siempre lo hago; pero recordé que tú contribuyes a dar un sentido bello y sublime a mi vida, un itinerario esplendoroso e inolvidable a mis días, sin que nuestra historia se convierta en una serie de grilletes y mazmorras rutinarias.

Admito que siempre he navegado sin necesitar anclaje y también he volado mucho ante la ausencia de un nido; pero contigo, musa mía, confieso, igualmente, que el viaje resulta más grato e intenso, probablemente porque dos almas como las nuestras se reencuentran y deciden compartir sus coincidencias y diferencias, todo lo que son, con lo que se enriquecen y fortalecen eternamente en un amor incomparable.

Oí las voces del silencio, los rumores del universo, mientras tú no estabas, hasta que entendí que cada uno venimos a probarnos al mundo, que la evolución es individual y que la persona amada, cuando llega, es compañía fiel para alcanzar la inmortalidad con mayor alegría e ilusión.

No niego que cuando permanecí solo, en casa, seguí con mi historia, con lo que soy, seguro que donde te encontrabas, también continuaste protagonizando tus capítulos, con lo que eres, como símbolo del amor y la confianza que nos une e identifica.

Recuerdo que mientras andabas en otra parte, asomé al espejo y descubrí tu reflejo sin que tu encanto significara una sombra o un maquillaje en mi rostro, porque nunca se ha tratado de suplantar apariencias e identidades, sino de reafirmar, al mirarnos, nuestro enlace de amor y sentirnos uno al lado del otro.

Gracias a tu breve ausencia, supe lo que es extrañarte y valoré el amor que ambos descubrimos y atesoramos en nuestros corazones. Comprendí que la vida continúa y que uno debe seguir en la jornada sin dependencias; pero también aprendí que cuando dos personas coinciden en el sendero, como tú y yo, el arcón del amor se abre en algún rincón del cielo, en un sitio recóndito del paraíso, para irradiar una brillantez tal que ilumina, igual que un faro, el itinerario. Y es lo que hacemos cotidianamente, escalar cada uno con lo que tenemos, pero siempre mirándonos tiernamente y dándonos las manos para apoyarnos, no resbalar al abismo y llegar juntos a la cima más plena.

Imagino que si continuamos en el ascenso, como lo hacemos, finalmente llegaremos a la cumbre, donde sin duda podremos descansar en una banca, en el césped, recargados en un árbol frondoso, para mirar los capítulos y las huellas que plasmamos y compartimos durante la fugacidad de nuestros días existenciales, y contemplar, a la vez, el jardín más hermoso, en el que seremos protagonistas de una historia sublime y sin final.

Esa ausencia ocasionada por nuestras ocupaciones cotidianas, me enseñó que tú y yo estamos unidos no por necesidad apremiante de compañía o placer, ni por la ingrata conveniencia, sino porque nuestros corazones se enamoraron plenamente y desean latir al unísono de la eternidad sin interrumpir, desde luego, la evolución y el desarrollo de cada uno. Las horas de ausencia nos enseñan a entregar lo mejor de nosotros en lo que hacemos, en lo que somos; aunque también ofrecen la dicha, el estímulo, la esperanza y la ilusión que provoca un amor como el nuestro.

40 comentarios en “Mientras tú no estabas

  1. ESTE ARTÍCULO ES LINDÍSIMO. ME ATRAPÓ ESTE PÁRRAFO: Recuerdo que mientras andabas en otra parte, asomé al espejo y descubrí tu reflejo sin que tu encanto significara una sombra o un maquillaje en mi rostro, porque nunca se ha tratado de suplantar apariencias e identidades, sino de reafirmar, al mirarnos, nuestro enlace de amor y sentirnos uno al lado del otro.

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  2. Tras leer la finura de artículo me siento conmodiva porque eso es lo que me gusta que alguien exprese pensamientos hermosos sobre el amor, que lleguen al corazon de una mujer enamorada y con deseos de que la amen, por eso he decidido ser tu fan y seguir todas tus publicaciones que siento como si fueran para mí.

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  3. ESE ARTICULO ES MIO, ME GUSTA Y ME QUEDO CON EL Y CON LOS ANTERIORES PARA GUARDARLOS BAJO MI ALMOHADA Y LEERLOS TODAS LAS NOCHES, Y DE PASO QUE ME LOS LEA QUIEN LOS ESCRIBIO, ES UN SUEÑO PERO PODRIA HACERSE REALIDAD. ESCRIBES LINDO.

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  4. Pregunta: un hombre que habla con ángeles y musas, ¿siente apetitos? ¿Cómo ama un ser que se percibe intenso y apasionado en lo que hace? Si amas como escribes, qué afortunada debe ser la mujer que te inspira esos textos.

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  5. Santiago que lindo como todo lo que escribes, siempre con ternura y amor, al leer tus escritos me haces creer en el amor. Dios te bendiga y te siga inspirando, para que yo siga disfrutando al leerte. y Dios permita que un dia nos volvamos a ver, besos.

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  6. Temo que mis palabras queden cortas ante la belleza de tu texto, pues escribes con maestría y encanto, y solamente podría decirte que te admiro. Si actúas como escribes y escribes como actúas, felicidades.

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  7. La belleza de la literatura consiste en que es universal, rompe barreras y siempre está adelante de cualquier ideología, creencia e interés, como lo demuestra usted, Santiago, Santiago Galicia Rojon Serrallonga, al presentarnos en cada título un artículo de extremada belleza y profunda meditación…

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  8. Me gustan tus textos y también me gusta escribir, y así sueño y sueño en la unión de tus letras y las mías, poeta, para componer relatos como los que regalas a tus lectores cada noche

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  9. Eres un escritor talentoso que sabe llegar a los corazones. Pienso que para llegar a esos niveles, se necesita una vida rica y muy intensa, además de sentir con fuerza y pasión todos los sentimientos. Con tus escritos, tenemos ante nosotros una concepción diferente de amor. No cabe duda que siempre se aprende, Santiago. Después de amar de una forma diferente, como argumentas en tus textos, seguramente la musa que mencionas ha de corresponderte con los sentimientos más hermosos. Debes de ser muy feliz. Esas piezas están dedicadas a una dama, no a cualquier mujer. Cualquiera de nosotras quisiera que su pareja le dedicara por lo menos unas cuantas líneas de amor. Nos muestras un estilo especial para enamorar a alguien. Yo lo agradezco hoy.

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  10. Santiago Galicia Rojon Serrallonga, nuevamente recibe mi reconocimiento por la calidad de tu redacción. No sabes cuánta alegría me da leer cada artículo tuyo, saber que eres real y que transmites sentimientos, ideas y valores a tus lectores. Sigue adelante, como sabes hacerlo, y disfruta el amor con tu musa. Como sueles recordarnos cada vez que te es posible, la vida es breve y hay que experimentarla de la mejor manera. Saludos. M. Fogelberg.

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  11. El amor transforma a la gente, lástima que se haya perdido ese sentimiento, pero es agradable que alguien trate estos temas con tanta elegancia y belleza

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  12. Coincido con las dos, Ximena y María del Carmen, aunque siento que con palabras como esas mi corazón cedería a un gran amor y estaría al lado de quien me las escribiera; este hombre escribe muy bien, me fascinan sus escritos.

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    • Ivanna, jamás hay que confundir la libertad de expresión con el libertinaje de las ofensas. Como escritor y periodista, tengo suficiente madurez para respetar las opiniones positivas y negativas de quienes cotidianamente hacen favor de leer mis textos; no obstante, mi auditorio merece absoluto respeto, como también la mujer a quien dedico mis artículos y fragmentos de amor, la cual es real y extraordinaria. Aprovecho la oportunidad para agradecer a mis lectores su interés en mis publicaciones. Tengan la certeza de que sus opiniones, positivas o negativas, son bienvenidas porque contribuyen a enriquecer mi trabajo, pero siempre, insisto, con total respeto a todos mis lectores. Abrazos y mi agradecimiento.

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  13. Nunca te detengas, mi entrañable Santiago Galicia Rojon Serrallonga. Las personas con calidad moral y cultura, reconocemos tu trabajo literario y su contenido artístico, intelectual y espiritual. Eres un ser humano a quien siempre he admirado, y más ahora que después de tanto tiempo, leo tus creaciones recientes. Te felicito. Todos tus textos están impregnados con algo muy especial, y con mayor razón los que se refieren al amor, los sentimientos y la vida. A nadie debe importarle, ni tienen por qué hacerlo, si amas a una musa o no, si es real o si es producto de tu fantasía, si te corresponde o no, porque después de todo tú eres quien manda en tu corazón. Lo que si debe importarnos es la lectura de tus textos para recrearnos con el encanto que impregnas en cada párrafo. Lo demás, Galicia Rojon, sólo tú lo sabes. De algo estoy segura y es que vives intensamente todo y más una relación sentimental. En cuestiones de amor, cada persona tenemos una opinión, casi siempre acorde a nuestras experiencias, convicciones e intereses.. Sigue adelante. Es muy fácil suponer que el amor no lo merece una persona. Qué deleznable juzgar de esa forma. Te sugiero que escribas algo sobre las razones por las que la gente desgasta una relación sentimental. Saludos y mi admiración y respeto de toda la vida.

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  14. El corolario de la ausencia de la persona que amamos es angustioso, solitario, entristecedor. Su ausencia nos permite reconocer la importancia que en nuestra vida tiene esa persona, la grandeza de su existencia en las emociones que nos genera y la necesidad imperiosa de coexistir el resto de nuestras vidas. Tal vez porque simplemente es el ser humano que el alma ha reconocido como su perfecto y sublime para potenciar los sentimientos más bellos y profundos que ambos son capaces de sentir y compartir.

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