TROZOS DE VIDA… Sueños y realidad

Santiago Galicia Rojon Serrallonga

Si estás en mi vida, también en mis sueños; si te percibo en las profundidades de mi ensoñación, es porque formas parte de los días de mi existencia. ¿No es lo mismo, entonces, creer y pensar que si permanecemos juntos en el mundo, lo estaremos en la inmortalidad?

Quiero abrazarte cada noche, mientras las estrellas trazan su ruta a la eternidad, para acariciar tu cabeza y besarte con ternura cuando duermes, acaso sumergida en la profundidad del sueño, quizá envuelta en gotas de cristal, tal vez conmigo, entre fantasías y juegos, para que al amanecer, al despertar y la luminosidad del sol penetre por las rendijas de las persianas y el ventanal, descubras en tu almohada una rosa blanca, como las que tanto te gustan, o una servilleta con la inscripción «me encantas», o una carta escrita durante la madrugada con mis confesiones y declaración de amor. También deseo que al dormir, lleves a tus sueños los fragmentos de nuestras vidas, la historia que protagonizamos, los sentimientos que compartimos, y que al permanecer despierta y te entregues a tus tareas, al ritmo de la existencia, te sientas envuelta por las fantasías e ilusiones de la ensoñación. Así, nuestra realidad en el mundo estará presente en tus sueños, y los detalles de cada día de la existencia tendrán relación con las imágenes y sensaciones de la ensoñación. ¿Qué diferencia existe entre los sueños y la vida cotidiana, musa mía? Solamente hay que vivir sin olvidar las fantasías e ilusiones, y entregarse a los sueños con algunos trozos de la existencia para sentirnos y tener oportunidad de jugar, reír, ser felices y amarnos en ambos mundos, hasta que crucemos juntos la frontera del universo y percibamos las fragancias y los sabores de la creación. Esta noche, mientras llueve, quiero abrazarte, mirar la intensidad de tus ojos, dormir y trasladar a nuestros sueños lo mejor de la historia y los sentimientos que compartimos cada día. Prometo que cuando amanezca y despiertes, percibirás la esencia de la rosa blanca que dejaré en tu almohada como símbolo del amor que me inspiras y un detalle, una hoja seca con nuestros nombres, algún papel con la inscripción «me cautivas» o una declaración especial y romántica, con la promesa de regalarte el cielo.

26 comentarios en “TROZOS DE VIDA… Sueños y realidad

  1. Admito que soy una mujer que lee mucho, lo mismo libros impresos que en internet (omito las estupideces que generalmente se publican en las redes sociales, reflejo de una sociedad insulsa y vacía), pero también me considero un ser humano con mucho romanticismo y sensibilidad. Digo esto porque ahora que leí el más reciente texto del autor Santiago Galicia Rojon Serrallonga, sentí algo hermoso e indescriptible en mi corazón, como si este artista hubiera abierto compuertas por mucho tiempo selladas. Gracias, escritor, por tu sensibilidad transmitida a través de las letras.

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  2. Cuando un hombre carnal y estúpido arma palabras, el resultado es desastrozo; cuando un hombre habla con Dios, con su alma y siente amor, el resultado es algo precioso y duradero, como este escrito que me conmovió y me enamora.

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  3. A mí en lo personal me encantó y enamoró al grado de que me robó varios suspiros, esas palabras leídas con romanticismo me invitarían a dar el sí a una propuesta de amor eterno.

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  4. Cada vez que leo sus publicaciones me queda más claro lo que siento. Reconozco la inmensa emoción que me provoca con sus palabras, es una emoción intensa, dulce, sublime. De pronto, totalmente conmovida, descubro la manifestación de tal exaltación, me ha arrancado lágrimas Santiago.
    Usted toca mi alma de tal manera que me dobla, me somete, me subyuga… en momentos me rebelo porque es un desconocido para mí, pero en esta ocasión confieso que me rindo y admito su sensible poder de suavisarme, de llegar no sólo al corazón sino al alma misma de todas nosotras, sus fieles lectoras.
    Santiago, es usted un escritor maravilloso, lo tiene que conocer el mundo y con todo respeto a su musa ¡cómo me gustaría abrazarle cada noche!

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  5. Santiago, escritor admirado, cada día descubro más detalles y belleza en tus escritos. Eres un artista, un escritor, un caballero, un enamorado y supongo un hombre fiel a la mujer que tanto amas. Es extraordinario saber que existen seres humanos capaces de dar amor de verdad porque la mayoría solamente buscan placeres momentáneos y se van. Tú, Santiago, me pareces alguien especial, de esos seres que alumbran el mundo con sus aportaciones. Sigue adelante, Santiago, por favor. Soy tu lectora y admiro tu sensibilidad y tu pensamiento.

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  6. Increíble, en un tiempo que se caracteriza por tanto odio, violencia, frialdad, materialismo y falta de valores, un hombre le escribe al amor, a lo elevado, a una mujer y a Dios.

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  7. Santi, el entrañable Santiago Galicia Rojon Serrallonga, mi amiguito y compañero de la infancia, quien en vez de jugar se dedicaba a reflexionar y hablar sobre temas que algunos no entendían y otros preferían mejor no escuchar por la profundidad o crudeza que tenían. Yo sí estaba contigo porque me sentía segura y feliz, como si fueras un ser extraño que siempre poseía y enseñaba algo nuevo. Eras como una mina con yacimientos inagotables. Cuánta riqueza en tu interior, Santi. ¿Sabes que siempre te admiré y te tuve especial cariño? Eras diferente a los demás. Desde pequeño y todavía últimamente lo leí en tus textos, insistes en que la vida es breve y por lo tanto hay que disfrutarla plenamente y con equilibrio. Tienes mucha razón, amigo del alma. La vida, como dices con bastante acierto, se fuga en un suspiro, en un abrir y cerrar de ojos. Pregúntamelo, si no lo sabré. Difícilmente podré disfrutar la dicha de leer tus textos, tus obras tan hermosas, espirituales y llenas de amor. Sé que eres grande y lo serás más aún, escritor distinguido. Triunfarás y tu nombre quedará grabado. Lo mereces, Santiago Galicia Rojon Serrallonga. Es algo que está pronosticado, tú lo sabes. No podré acompañarte, Santi. Esta noche o durante los siguientes días me parece que se cerrará todo, excepto una ventanita por donde podrás ingresar cada vez que lo desees o me necesites para comunicarte con mi alma. Es complicado escribir prolongadamente como hubiera sido mi deseo. Me hubiera encantado atestiguar, en vida, la materialización de tu amor con tu musa, que me dieras la noticia de la unión que tanto sueñas. No tuve oportunidad de conocerla personalmente ni de entablar conversación con ella, como era mi deseo; pero quiero contribuir al engrandecimiento de su relación y a que sean felices. Sé que tu amor por ella es inagotable y no dudo que así lo sea porque tienes el ejemplo de tus padres y es parte de tu esencia. Sé quién es tu musa, Santi. Gracias por confesármelo alguna vez y también por confiarme que tu amor por ella es uno de los más grandes y hermosos que hayan existido en la historia de la humanidad. No lo dudo, señor de las letras, del amor y la espiritualidad. A ella quiero decirle que si no tuve la fortuna de conocerla, le deseo todo el amor y la felicidad contigo. Te agradezco que hagas tan feliz y ames a Santiago, el gran escritor. Tengo conocimiento de todo lo que has hecho por él. Te ama mucho y te necesita. Él tambien te retribuirá con amor que seas su alma gemela. No te arrepentirás porque vendrán cosas muy grandes en todo. Es un hombre espiritual, cercano a Dios, con valores y mucho amor para ti. ¿Sabes que eres fuente de su inspiración y que su amor por ti no tiene fronteras? Sé la razón por la que te lo digo. Dáte la oportunidad de vivir este amor y disfrutarlo. Sé feliz. Tengo conocimiento de que eres una mujer muy especial, y si me lo dijo Santiago le creo. No dejes que transcurra en tiempo ni que los días se vengan encima. Te aseguro que el amor que te prometió este autor y que te da e inscribe en sus textos tan bellos, es genuino. Él mismo ha dicho que el amor viene de Dios y tiene mucha razón. Todos los seres humanos deseamos y merecemos un amor como el que comparten. Es su riqueza. Y no hagas caso a personas como la señorita Cross. Esa clase de mujeres, y también hombres, abundan. Tú sigue como me comentó Santia que eres, femenina y con tantos principios y valores. Me fatiga escribir. No puedo más. Hace tiempo escribí algo para ustedes. En todo caso, M. S. te lo enviará a tu correo y lo compartes a tu musa porque también está dirigido a ella, Santia. No me canso de agradecer a Dios la bendición de haberte conocido, mi inolvidable amigo de los apellidos ilustres y las reflexiones profundas. Recibe muchas bendiciones y mi agradecimiento, cariño y admiración. Gracias por la riqueza tan grande que me compartiste desde la infancia. Que Dios te bendiga siempre. Cuando me necesites, siempre podrás encontrar una lucecita en el firmamento. Tú sabes cómo. Ah… y sigue adelante con tus textos. Sigue inspirándote en tu ángel bello. Yo te leeré desde donde me encuentre.

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    • Santi: ayudé a Marié a corregir este texto, pues si ella redactaba muy bien (tú fuiste nuestro maestro, ¿recuerdas?), ya se sentía muy mal. Por eso lo guardé en mi memoria y lo compartí con su nombre y correo como era su deseo. No sabes cuánto te admiraba, quería y respetaba. Las ocasiones que nos reuníamos solía decir que habías sido una de las personas que influyeron a mejorar su vida. A nombre de ella, gracias, gracias de verdad. Otro día enviaré a tu correo un texto especial para ti y tu musa. Ya es una lucecita como lo prometió. De veras que lo lamento tanto como tú. Se adelantó al cielo, Santi.

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      • Te aclaro que ese texto apenas pudo escribirlo la semana que acaba de concluir. Perdona mi demora para publicarlo a su nombre, pero la tristeza me impidió hacerlo antes. No sufras, ella quería que fueras muy feliz. Sé fuerte, muy fuerte, para que tu alma siga destilando cosas bellas.

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  8. Que le digan a una esto, creo que es para sentir todo el amor del mundo: «Quiero abrazarte cada noche, mientras las estrellas trazan su ruta a la eternidad, para acariciar tu cabeza y besarte con ternura cuando duermes, acaso sumergida en la profundidad del sueño, quizá envuelta en gotas de cristal, tal vez conmigo, entre fantasías y juegos, para que al amanecer, al despertar y la luminosidad del sol penetre por las rendijas de las persianas y el ventanal, descubras en tu almohada una rosa blanca, como las que tanto te gustan, o una servilleta con la inscripción “me encantas”, o una carta escrita durante la madrugada con mis confesiones y declaración de amor»… y qué dicen de esto otro: «Prometo que cuando amanezca y despiertes, percibirás la esencia de la rosa blanca que dejaré en tu almohada como símbolo del amor que me inspiras y un detalle, una hoja seca con nuestros nombres, algún papel con la inscripción “me cautivas” o una declaración especial y romántica, con la promesa de regalarte el cielo». Me fascina tu estilo, Santiago.

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