Santiago Galicia Rojon Serrallonga
Te encuentro en cada letra, en el perfume de las flores, en la blancura de las nubes, en las gotas de lluvia, en el encanto de la nieve y en mí, en todo lo que me da alegría y causa ilusión, en la locura de un amor que no cesa…
El poeta explora la luz y la oscuridad, escucha los rumores del silencio y los gritos de la vida, descubre las claves y los murmullos del amanecer y los secretos y susurros de la noche, encuentra el sí y el no de la existencia y el universo, acaso por ser la criatura que Dios eligió para seguir con el proceso de la creación, probablemente por ser quien posee mayor sensibilidad, quizá por conocer los tesoros ocultos en las profundidades del océano inconmensurable, tal vez por todo y nada. He andado, como poeta, por caminos inciertos, por rutas insospechadas, entre tu perfume y la inspiración que me provocas. a veces en el destierro, en ocasiones en el naufragio y otros períodos en el oleaje, con la idea de regresar con mis letras, con los poemas que compongo para ti y te regalo una noche estrellada, una tarde de lluvia o una mañana soleada, en primavera y en invierno, en verano y en otoño, porque tienes mucho de mí y yo tanto de ti, y no existen abismos ni fronteras que impidan fundirnos en el lucero más bello. Así de simple y prodigioso, el más bello. Mis textos poéticos, escritos especialmente para ti, me han mostrado los rincones del mundo y el arcón del cielo, y si conozco la temporalidad por la alegría que compartimos, confieso que he probado el sabor de la eternidad al llevar conmigo tu fragancia, la esencia de tus besos y el pulso de tu alma. Soy artista y sé, por lo mismo, que uno no muere cuando se sabe amado por la musa que lo inspira. Ser el amante de la pluma es igual a convertirse en la musa bella y amada, y mis palabras te lo dicen y repiten cada instante.
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