Santiago Galicia Rojon Serrallonga
Detrás de cada libro que uno escribe y publica, hay anécdotas, encuentros y desencuentros, aprendizaje, historias, luces y sombras, realidades y sueños, horas y días de soledad y trabajo, momentos de inspiración y capítulos destinados a permanecer en el tintero, en la memoria del autor, en los recuerdos que la lluvia veraniega o el viento otoñal disipan alguna tarde.
Unos creen que el autor, al escribir y editar un libro, se vuelve célebre y adquiere fortuna, lo cual, en la mayoría de los casos, no es así. Hasta en la cultura hay privilegios y los artistas e intelectuales son definidos, en casos como México y otras naciones, por un grupo de amigos con intereses muy particulares.
A los demás, a los que no pertenecen a ese grupo, los destruyen los críticos, la indiferencia de las dependencias e instituciones responsables de la cultura, amplio porcentaje de editoriales, las modas y tendencias de la época y hasta la desmemoria, el desempleo, las enfermedades y la soledad.
Entre septiembre y octubre de 2019, habré publicado un par de libros, ambos respaldados por dos instituciones de la iniciativa privada michoacana que durante varios años, como periodista, cubrí diariamente, a cuyos titulares, por cierto, agradezco la confianza que depositaron en mí.
Durante la investigación y elaboración de ambas obras, la primera iniciada hace aproximadamente dos años, en 2017, y la segunda, en tanto, durante el lapso de 2019, viví lo indecible, con los claroscuros de la vida, entre períodos de innumerables acontecimientos.
Finalmente, cumplí con la elaboración de los dos libros que se suman a los otros cuatro que he publicado. Los dos primeros, escritos y editados entre mis 20 y 24 años de edad, los he denominado «pecado de juventud»; no obstante, forman parte de mi creación. El primero lo presenté en el vestíbulo del Palacio de Bellas Artes, en el auditorio «Abraham Ayala González» del Hospital General y en la Feria Metropolitana del Libro, en el pasaje del Metro Zócalo-Pino Suárez, en la Ciudad de México, por citar algunos espacios públicos.
Hoy, relataré una anécdota que viví. Me parece de mal gusto hablar de mí, situación que me motivó, antes de concluir las dos obras -mi quinto y sexto libros publicados-, a solicitar a algunos personajes que conozco, hicieran favor de redactar una reseña breve sobre mi trayectoria como escritor y periodista. Sé que son personas muy ocupadas. No creí que recibiría cuatro respuestas afirmativas y posteriormente las reseñas que amablemente escribieron.
Con el agradecimiento y respeto que les tengo, me parece correcto hacer público el reconocimiento y mencionar sus identidades, y lo hago con mayor énfasis porque de pronto, en cierto instante complicado, en una de las empresas impresoras, alguien preguntó con desdén y seguramente sin conocer la trayectoria de tales personas, sobre sus antecedentes y perfiles, casi con la idea de suprimir sus textos.
Afortunadamente, siempre conté con la confianza y el respaldo de los dos líderes empresariales que me encomendaron la tarea de escribir los libros de las respectivas agrupaciones que presiden, como también tuve el apoyo de sus consejos directivos, expresidentes y equipos de colaboradores.
Quienes me conocen y me han tratado, saben que respeto a la gente; pero no me agrada que hablen negativamente de los demás ni denigren sus imágenes, y menos si no han tenido oportunidad de tratarlos.
Resulta que las cuatro personas que hicieron favor de escribir mis reseñas, dos hombres y dos mujeres, son Rogelio Villarreal Macías, Pedro Dávalos Cotonieto, Marcela García Quintero y Silvia Medina Gallardo, todos muy reconocidos.
El primero, Rogelio Villarreal Macías, es escritor, periodista, editor, maestro universitario, fotógrafo e investigador. Ha escrito y publicado varios libros. En el medio intelectual mexicano, es una persona reconocida.
El autor de Replicante, define ampliamente a su padre, Rogelio Villarreal Huerta, fundador de Federación Editorial Mexicana, hombre culto e impulsor de incontables escritores, a quien tuve la fortuna de conocer: https://revistareplicante.com/memoria-de-mi-padre-editor/
La segunda persona que tuvo la amabilidad de escribir una reseña para mi libro 123 años de historia, Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Morelia, fue el escultor Pedro Dávalos Cotonieto. Favor de seguir los enlaces para conocer la historia de este artista: https://santiagogaliciarojonserrallonga.wordpress.com/2017/07/25/pedro-davalos-cotonieto-la-pasion-de-un-artista/, https://santiagogaliciarojonserrallonga.wordpress.com/2015/08/14/pedro-davalos-cotonieto-la-vida-de-un-artista/ y https://santiagogaliciarojonserrallonga.wordpress.com/2016/06/28/encuentro-en-el-jardin-de-la-escultura-mexicana/.
Pedro Dávalos Cotonieto es un artista reconocido a nivel mundial. Incontables réplicas prehispánicas que México ha enviado a diferentes países del mundo, a través de intercambios culturales, han sido creadas por él. Vive en Tupátaro, Michoacán, y desarrolla una tarea artística, cultural y social a favor de la comunidad mencionada y de otras enclavadas en esa entidad. Es un artista auténtico. Su amor y pasión por el arte lo estimularon a enfrentar adversidades, problemas y retos durante su juventud para estudiar en la Academia de San Carlos.
Para el otro libro, cuyo título me reservo hasta que el presidente de la respectiva agrupación empresarial lo dé a conocer en octubre de 2019, reservé dos reseñas, las que escribieron la pintora Marcela García Quintero y la editora Silvia Medina Gallardo. Por el formato del libro, ambas reseñas fueron impresas en una de las solapas.
Marcela García Quintero es una pintora extraordinaria, con una sensibilidad artística muy profunda. Es ampliamente reconocida y está entregada a la pintura, al proceso creativo, al arte.
Se trata de una artista real. Cuenta con el aprecio, el reconocimiento y la admiración de incontables personas que conocen sobre pintura. No es artista improvisada. Se percibe su talento, la maestría que ha alcanzado, su sensibilidad.
Silvia Medina Gallardo, es psicóloga de profesión y cuenta con un doctorado; pero ha dedicado muchos años de su vida al estudio, a la investigación y a su editorial Papiro-Omega, siempre en busca de talentos.
En verdad, agradezco a los cuatro su cariño y el detalle de hacer un paréntesis dentro de sus actividades para escribir algo acerca de mí y plasmarlo en los dos libros patrocinados por dos agrupaciones de la iniciativa privada michoacana.
No fue ocurrencia ni emotividad insertar sus textos en mi reseña como escritor y periodista, como alguien lo sugirió al reaccionar abruptamente y sin haberme tratado con anterioridad. Estos personajes -Rogelio Villarreal Macías, Pedro Dávalos Cotonieto, Marcela García Quintero y Silvia Medina Gallardo-, han forjado sus nombres por medio de esfuerzo, disciplina, trabajo y dedicación.
En reconocimiento a los cuatro personajes, me permitiré incluir en este artículo sus reseñas originales, no sin antes agradecerles su cariño y amistad:
Un joven escritor
Sin duda era un escritor, a pesar de su juventud. Cuando vi entrar a la oficina de mi padre -editor- a un jovencito circunspecto y de buenas maneras, supe que era un novel escritor en busca de publicación. Efectivamente, Santiago Galicia venía con un manuscrito bajo el brazo. Unas semanas después, su primera novela –Adiós primavera– salía de las prensas, olorosa a tinta fresca.
Nos hicimos buenos amigos. Admiré pronto su nobleza, su templanza, su orgullo por un pasado épico y de resonancias medievales. Historias que debía contar a quien quisiera leerlas. Publicó tres novelas más relatos en diversas revistas, que merecieron premios y reconocimientos en Morelia, a donde en algún momento decidió irse para alejarse de una Ciudad de México cada vez más hostil.
Y dejamos de vernos muchos, muchos años.
Hasta que la magia de la tecnología digital y las redes sociales hicieron que nuestros caminos se cruzaran de nuevo. Gracias a la vida, hace unos años volvimos a vernos en un breve viaje que hice a la capital michoacana.
En Morelia me enteré de que Santiago había dedicado su vida al periodismo y la escritura, y que tiene entre sus planes inmediatos la publicación, por lo menos, de cuatro libros más de viajes, de memorias familiares, de alientos poéticos y de urgentes reflexiones sobre la compleja realidad de nuestros días.
El Santiago Galicia de hace casi cuarenta años, conserva la frescura y la generosidad del grave jovencito que conocí en aquella época, pero se ha convertido en estas décadas en un hombre sabio y experimentado. Fue siempre un tanto solitario y más dado a la reflexión, por lo que sus palabras son siempre una garantía de seriedad y conocimiento.
Aquí estamos, por ejemplo, ante una obra de un escritor que valora la historia y sabe de la necesidad de transmitirla a quienes vienen detrás de nosotros. Bienvenidos.
Rogelio Villarreal Macías Escritor, periodista, editor y profesor universitario
Es verdad, Rogelio Villarreal Macías fue mi amigo desde el instante en que lo conocí, tras dialogar con don Rogelio, su padre, un gran personaje y editor, de los que verdaderamente se entregaban a su labor con amor y pasión. Lo recuerdo como el gran señor que fue, siempre respetuoso y dispuesto a orientar a los escritores jóvenes. Sabía hablar y escuchar. Fue Rogelio, su hijo, quien me invitó a incontables actividades, reuniones y presentaciones artísticas y literarias. Me presentó, entonces, a diferentes personajes de los ámbitos artístico e intelectual de México; pero también solíamos convivir y divertirnos, y no olvido que con él y otros amigos visitamos el parque de diversiones de Chapultepec, donde subí a la Montaña Rusa hasta que me cansé. Son recuerdos juveniles.
A continuación, presento la reseña de mi amigo, el escultor Pedro Dávalos Cotonieto:
Indudablemente es Santiago Galicia Rojon Serrallonga un profesional y apasionado de su trabajo como periodista, escritor, narrador y poeta.
Porque al leer sus contribuciones en diversos tópicos del arte y la cultura que he tenido oportunidad de conocer, como a él personalmente, desde principios del siglo XXI a la fecha, resultando por ello una amistad congruente y compartida en las artes y la cultura con el objetivo de despertar en la sociedad en su disfrute, educación o información.
Puedo, entonces, mencionar que me ha impactado su narrativa y la forma de llevar la metáfora en la poesía. Aún recuerdo y cito de su autoría el siguiente:
El arte es un estilo de vida, un destino, una pasión, un delirio. La mano que escribe el poema y el relato parece tener correspondencia con la que desliza los pinceles sobre el lienzo, talla la piedra y el material yerto y pasa el arco sobre las cuerdas del violín, como si se tratara de alumbrar y dar sentido a la vida humana… Convierte los sentimientos, las ideas y los sueños en obras que, minúsculas o mayúsculas, dejan huellas indelebles y contribuyen a marcar la diferencia entre lo primario y lo sensible y excelso. Sin arte, el mundo sería noche ausente de estrellas…
Es por estos fundamentos sólidos que puedo augurar resultados positivos sobre la investigación de la presente obra de la Cámara de Comercio de Morelia, Michoacán, fundada en 1895, siendo realizada metódicamente y minuciosamente por Santiago, donde describe aspectos históricos importantes que inciden en el desarrollo económico y social de Morelia, y que estará contribuyendo positivamente en los lectores interesados en temas de investigación histórica sin esperar que sean especialistas.
En la presente obra se narran de manera amena y atractiva sucesos como la llegada del ferrocarril a Morelia o conflictos nacionales como: el agrario, adelantándose 7 años al reparto, porque en 1929 emite su circular numero 8 dirigida al mandatario nacional en turno y cámaras establecidas en el país y propone, para agilizar sin lesionar intereses, el reparto de tierras. También trata otros sucesos no menos importantes como lo fueron: las haciendas, cajones de ropa, colonias extranjeras, minas, bancos, lucha por la libertad de la educación en México, epidemias de cólera, etc.
Sirva entonces, estimado lector, que esta obra será de gran interés y despertará inquietudes para continuar otras lecturas.
Pedro Dávalos Cotonieto Escultor
Un día, otro y muchos más he convivido con el escultor Pedro Dávalos Cotonieto, hombre sencillo que proyecta su grandeza artística y humana en sus actos, sus palabras y sus obras.
La pintora Marcela García Quintero hizo una pausa, en algún espacio de su taller de artista, entre pinceles, lienzos y pinturas, con la idea de construir un texto alusivo a mi trayectoria como escritor y periodista:
Santiago Galicia Rojon Serrallonga, a él me unen la sangre, historias de familia y una empatía natural.
Merecedor de tantos premios, con una trayectoria literaria impecable, multifacético, dinámico, con una gran riqueza de lenguaje que lo ha convertido en el gran narrador que actualmente es.
Sin duda, goza de una enorme cantidad de recursos literarios, por lo cual Santiago puede escribir sobre cualquier tema. En pocas palabras, Santiago es un autor que engalana el panorama literario contemporáneo de México.
Prueba de lo anterior es su reciente obra, 123 años de historia, Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Morelia.
Marcela García Quintero Pintora
Y sí, a Marcela y a mí nos unen afectos y lazos, y el amor y la pasión por el arte.
Silvia Medina Gallardo escribió lo siguiente:
Nada mejor como sentarse con una taza de café para comenzar el día, y tener a la mano libros de una exquisitez profunda, de esos que enseñan a percibir el mundo de otra manera, más colorido, más sensible, más perfumado, más alegre, más real, más complejo, más vivo o más roto… Así es la escritura del escritor y periodista Santiago Galicia Rojon Serrallonga, quien es autor de cuatro novelas publicadas por Federación Editorial Mexicana, Ediciones Puerta Abierta y Ediciones Papiro Omega.
Cuando una persona ha dejado parte de su tiempo, de su vida, de su esfuerzo, de sus sentimientos, emociones, pensamientos y experiencias de vida, plasmados en hojas blancas de papel, que paulatinamente van cobrando vida conforme el lector avanza, no hay nada mejor que recibir un reconocimiento por esta labor, pues no cualquiera deja su espacio mundano para investigar-escribir, sentir-escribir, vivir-escribir, vibrar-escribir, llorar-escribir, amar-escribir… Y así encontramos que nuestro escritor, Santiago Galicia Rojon, ha recibido diversos premios y reconocimientos.
Se puede decir que todos los escritores deciden dejar de vivir hacia fuera, para vivir intensamente por dentro. Es así como percibo la infancia, adolescencia y madurez del escritor Santiago Galicia Rojon, a quien tengo el honor de conocer desde hace muchos años, y sus pláticas no son sólo amenas, sino cargadas de profundidad, de sentimientos, de percepciones nítidas sobre cómo sería este mundo si las personas tuviésemos una mayor conciencia de nuestras acciones individuales, que al final repercuten constantemente en la sociedad, en cada espacio y tiempo de nuestra existencia como individuos y como cultura.
Santiago escribe desde su infancia. Publicó su primer libro a los 20 años de edad. Fue Rogelio Villarreal Huerta, director de Federación Editorial Mexicana, quien confió en él y lo respaldó para publicar su primera novela, una obra de aventuras juveniles.
Santiago se percibe a sí mismo siempre con la pluma en mano frente a una hoja de papel blanca, o frente a un ordenador –por demás frío pero que tiene algunas cualidades como la pulcritud, el borrado rápido y el acceso a los conocimientos universales de todos los tiempos–. Es por ello que continúa escribiendo.
Desde el año de 1988 ha publicado artículos, columnas, entrevistas, reseñas, crónicas y reportajes en diversos periódicos, portales de noticias y revistas; y también ha participado en programas de radio y televisión.
En Morelia fundó la revista “Puerta Abierta”, con temas económicos, culturales, políticos, sociales y turísticos.
Ha desempeñado cargos dentro de las coordinaciones, direcciones y jefaturas de Comunicación Social del Congreso de Michoacán, Ayuntamiento de Morelia y Gobierno de Michoacán; también en la iniciativa privada, como en la Asociación de Hoteles y Moteles del Estado de Michoacán y en la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Morelia, o de manera individual, con asesorías y elaboración de discursos e informes y memorias institucionales.
Otra de sus cualidades es que nuestro escritor es un viajero incansable, quien durante varios años publicó reportajes turísticos sobre todo el estado de Michoacán; rescató leyendas y tradiciones que plasmó en un suplemento turístico del que fue coordinador y en revistas relacionadas con viajes.
Ha incursionado en la academia, la iniciativa privada, el sector público y la investigación.
Entre sus afecciones más personales encontramos que es proclive a la soledad, a los libros y a la reflexión, de tal manera que fundó su espacio oficial santiagogaliciarojonserrallonga.wordpress.com, con experiencia previa obtenida en sus programas “Rutas de un viajero”, “Mundo automotriz” y “Línea financiera”, en la web de un portal de noticias.
¿Cómo será a futuro Santiago Galicia? No muy diferente a como lo podemos observar hoy en día: con unos ojos que ven no sólo los cuerpos físicos de las personas que pululan por el mundo, sino que observan y perciben la energía de las almas que se abrazan entre sí, en tanto la pluma está lista para esparcir la tinta sobre la blancura y tesitura de cualquier hoja que vuela por el viento, disfrutando de esa libertad de que gozan también los espíritus de los escritores comprometidos siempre, a mostrar “al otro”, la gama de matices con que se tiñe el mundo diariamente…
Silvia Medina Gallardo Ediciones Papiro Omega Directora
Más allá de su formación académica y de sus maestrías y doctorado, Silvia Medina Gallardo tuvo la iniciativa, hace años, de fundar una editorial, la cual ha concedido espacios y voz a múltiples autores.
Ya hablaré, en otro espacio, acerca del prólogo que mi amigo y colega, el escritor, periodista, investigador e historiador Arturo Herrera Cornejo, hizo favor de redactar para mi obra 123 años de historia, Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Morelia.
Una y otra vez he manifestado públicamente mi agradecimiento al presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Morelia, Luis Navarro García, por la amistad y confianza que me ofreció con la encomienda de escribir un libro sobre la historia de la agrupación,
Escribir y publicar un libro es tarea compleja que uno, como autor, asume con amor y pasión; aunque es cierto que detrás de cada obra hay historias, sentimientos, claroscuros, y se vive y se muerte mientras se le construye.
Derechos reservados conforme a la ley/ Copyright