Santiago Galicia Rojon Serrallonga
Permanezco en el destierro voluntario, mientras afuera, la primavera desliza sus pinceles sobre los jardines y la campiña; me encuentro en el encierro sin barrotes y candados, a la hora que los pájaros cantan libres, las mariposas vuelan ufanas y las abejas posan sobre las flores, como lo hacían al principio de los años; estoy aquí, en la prisión invisible que nosotros, los seres humanos, hemos creado para refugiarnos de la pandemia del coronavirus que otros hombres y mujeres, en algún rincón del mundo, alteraron en un laboratorio para cultivarlo aquí y allá, en una guerra despiadada y sin sentido. Estoy cerca del ventanal, entre la fragancia de las rosas y los tulipanes que el otro día corté para ti y no te entregué´por la urgencia de recluirnos en nuestras casas. Las flores huelen a ti, a tu perfume, a tu cabello, a nuestros encuentros interminables, al romance que una y otra vez vivimos. Al acariciar los pétalos y sentir su textura, palpo tu rostro, tus manos, tu piel. Descubro tu mirada y tu sonrisa en cada flor; pero también percibo tu esencia, esa forma tan tuya de ser cuando eres musa y ángel, dama y mujer. Me entero, por las noticias, que la pandemia acosa a la humanidad y entra sin recato a los organismos humanos, hasta consumirlos y dejar sus huellas de tortura; sin embargo, las rosas y los tulipanes que la otra mañana corté para ti, almacenan en su memoria los aromas y los colores del amor y la alegría. Conforme transcurren las horas y los días, noto que se marchitan irremediablemente. Los conservaré en un sitio especial. Quizá desprenderé los pétalos y los introduciré en el libro de poemas que te escribo cotidianamente, o tal vez los depositaré en un sobre para algún día, si la crisis se diluye, entregártelos tras un abrazo y un beso, con la idea de que sepas que hasta en el aislamiento pensé en ti y te sentí conmigo. Y si por infortunio ya no me encontrara aquí, recibirás el sobre con las rosas y los tulipanes yertos porque alguna vez prometí que cubriría tu sendero con flores.
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Estimado Santiago, espero que en estos duros momentos te cuides mucho, aquí vivimos el horror y el pánico.
Mi marido ha sido abrazado por el maldito y le tiene preso desde hace días en un hospital, solo, aislado.
Es muy triste esta situación.
Gracias por seguir escribiendo para el mundo.
Un fuerte abrazo. 🌹
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Yvonne, lamento mucho, en verdad, que tu marido se encuentre afectado por este mal tan terrible. De todo corazón deseo se recupere y pronto transcurra esta pesadilla que nos arrebata la alegría. Recibe un abrazo con el cariño de siempre.
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¡¡Gracias mi amigo!!
Te estoy inmensamente agradecida.
Cuídate mucho por favor, esto no va a parar.
Un fuerte abrazo🌹
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Yvonne, recibe un abrazo y mi solidaridad. Estoy contigo de todo corazón. Deseo que tu marido se recupere. Sé que esto es una locura, pero unamos nuestras almas.
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Confío en que todo pasará Santiago, mi marido es un hombre fuerte atlético, siempre ha llevado una vida muy sana y ha hecho muchísimo deporte.
Eso le va a ayudar.
Gracias, gracias de todo corazón por tus buena deseos.
Es muy reconfortante tener amigos que te apoyan y tú desde tan lejos…
De verdad mil gracias querido Santiago. 🌹
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Yvonne, ten la certeza de que estoy contigo y con tu marido. Sin duda superará esta crisis y todo volverá a la normalidad. Es lo que más deseo. Bendiciones.
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Eres un sol amigo!!!🌹😘💝
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Muchas bendiciones, amiga. Estoy con ustedes.
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