Santiago Galicia Rojon Serrallonga
No es que esta tarde barnice las palabras de dolor ni maquille lágrimas y rostros entristecidos. No es que me dedique a escribir con la idea de provocar suspiros y llanto. No es aconsejable ni sano decorar las caras humanas con expresiones de dolor, tristeza y luto, y menos cuando las horas transcurren lentas y pesadas, con un aire extraño y agónicas como el celaje al oscurecer. Tampoco es prudente derramar las tonalidades de la paleta en un intento de júbilo falso. Sólo hay que aplicar los colores y las melodías apropiadas a cada palabra, hasta formar un concierto, una sinfonía, un canto, y así hacer el milagro y atraer el amor, la alegría, la libertad, la vida. Me es preciso, como artista, hacer de las letras signos musicales que floten y lleguen a los sentimientos, a la mente, a los sentidos, a la memoria, porque hoy, compungido y encolerizado por tanta enfermedad y muerte provocadas por la ambición desmedida, por el anhelo de dominio mundial, por la conquista del poder totalitario, han fallecido incontables personas aquí y allá, en una nación y en otra, en esta ciudad y en muchas más, en aquella aldea y en un número inexacto de pueblos, seres humanos de todas las condiciones -hombres, mujeres, bebés, niños, adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos-, quienes hace meses apenas jugaban a la vida, con sus luces y sombras, reían y lloraban, soñaban y tenían proyectos. Gente, es cierto, con lo bueno y lo malo, con el sí y el no de la existencia, con la esencia y la arcilla de su naturaleza. Rindo homenaje y memoria a los bebés, niños y adolescentes que tuvieron una breve primavera, una existencia tan corta que ni siquiera hubo oportunidad de que entendieran la trama de la vida. Juegos y risas primaverales que fueron arrebatados y rotos por una locura humana. Ilusiones ensombrecidas por el miedo, la enfermedad, el sufrimiento, la muerte. Con los niños y adolescentes, también se marcharon jóvenes, muchachos -hombres y mujeres-, con el legítimo derecho de experimentar los días y los años de sus vidas, enamorarse, estudiar y protagonizar sus historias. Adultos que se marcharon inesperadamente, acaso con angustia, dolor y tristeza, quizá preocupados por el destino incierto de sus hijos y seres amados, tal vez atormentados por la caída perversa del telón. Ancianos que merecían recibir el amor y la alegría de sus descendientes, relatar sus hazañas repetidas y obtener abrazos y reconocimiento. Mis palabras de escritor, envueltas en burbujas que vuelan al cielo y abrazan al solitario, triste y desconsolado, también son para aquellos que confinados en sus casas, sufren lo insondable, violencia doméstica, gritos, amenazas y terror. Unos ya murieron, partieron con sus años fracturados, entre capítulos inconclusos y la pérdida de oportunidad para resarcir el mal, reconciliarse, dar de sí, amar a todos y derramar felicidad; otros, en tanto, sufren el dolor impuesto por la miseria humana. Abrazo con mis letras y palabras a los que se sienten desnudos ante el hambre, la pobreza, las enfermedades, la maldad y la muerte. Escapo del abecedario, de las hojas de la libreta de anotaciones, de la pantalla de la computadora, de las letras y las palabras transformadas en arte e ideas, para arrojarme a quienes hoy sienten miedo, incertidumbre y ausencia. Miro a los que estiran las manos y no encuentran caridad en las calles desiertas ni en personas que han cerrado las puertas y ventanas de sus casas y también de sus sentimientos. Abrazo a muchos que lloran y ahora se saben huérfanos. Intento pintar colores de alegría y devolver la música y los sueños a los seres que transitan entristecidos e incompletos. Y aunque en ocasiones sienta desfallecer por la carga que llevo, me atrevo a decirles que asomé a la otra ventana y miré el encanto de un amanecer subyugante para todos. Les prometo que existen auroras plenas, y me atrevo a confesarlo porque asomé a las hojas de la libreta, al lienzo y a las partituras de la vida, donde miré arcoíris, cascadas, flores y ríos cautivantes. Como artista, miré a hurtadillas los poemas, los cuadros y los pentagramas de Dios, y escuché los susurros de la vida y los rumores de la creación, hasta que entendí que pronto amanecerá.
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Mi querido amigo, nada más grande y reconfortante que la fe, esa que tienes y demuestras en cada palabra, cuando abres esas ventanas y ves el arcoiris de la esperanza, de la alegría en un mundo nuevo y mejor que ha de llegar.
Hoy, te has vestido con tu uniforme de pintor, tomaste tu paleta y pinceles y dejaste un lienzo lleno de matices, unos más oscuros, con negros y grises y otros llenos vida, verdes, azules y rosados.
Ojalá en alguna de esas ventanas, haya una que abra directamente al cielo y por ahí hayan volado las almas de todos aquellos que en este horror nos han dejado y aún nos están dejando cada día.
Si esa ventana existe, ahí estarán pintadas tus letras, tu amor y tus recuerdos, ese homenaje a todos ellos.
Querido Santiago, eres admirable por tu gran corazón y por la hermosura que ensalza tu alma.
Te admiro y te felicito.
Recibe mi cariño y mi abrazo💝🌹
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Yvonne, mi querida amiga y poeta, cuánto duele saber que cada día mueren tantas personas inocentes, personas que igual que tú y yo tenían proyectos e ilusiones, soñaban y vivían, y tal vez hasta reían o enojaban, y de pronto, algo que presuntamente fue alterado en laboratorios y significa un ataque para saciar ambiciones desmedidas, cegó sus existencias. Me parece injusto este juego tan infame. Ese sufrimiento me compromete y obliga, como escritor, a alzar la voz con el propósito de consolar a los que sufren y denunciar a aquellos que tienen fines crueles e inhumanos. Ten la certeza de que esas almas inocentes ya se encuentran en otro plano. Nosotros, que aún permanecemos en el mundo, tenemos que fortalecernos como seres humanos y superar esta etapa. Volvamos a ser hermanos y despertemos de este mal sueño que pretenden imponernos a través del terror. Tengamos fe en que superaremos esta etapa y pronto abriremos puertas y ventanas a un nuevo día. Abrazos y saludos con el cariño de siempre.
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Hola!!!
Es grato leerte mirando desees dos prismas diferentes , por un lado está situación que acongoja ante tanto dolor y drama ,de muerte sin despedidas…de vidas sin tiempo a vivirlas…un paisaje real triste…
El otro lado los colores , las notas musicales , la esperanza que trasmites…una puerta a volver a ilusionarse…llegar a la humanidad en si buen sentido ,sin distancias…
Siempre convivimos con el bien u el por decirlo de alguna forma y solo nosotros los humanos juntos y con sus mejores deseos podemos girar estos momentos grises por una melodía de colores…
Saludos 🌈
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María Luisa, es un privilegio leer las líneas que haces favor de dedicarme. Escribo con mucho gusto y con el ánimo de contribuir a devolver la alegría y la esperanza. Duele mucho lo que está sucediendo y, por lo mismo, considero que es hora de abrazarnos como hermanos y vibrar con energía más positiva y con mucha luz. Recibe mi agradecimiento y un saludo muy afectuoso con amistad.
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Querido Santiago. Que hermosa forma de darnos aliento y decirnos que conservemos la Fe y que abramos esas ventanas para ver y sentir a Dios. Y que bello ese homenaje-recuerdo hacía los que se han ido. Gracias 🙏🏼 mi admiración y respeto para ti. Gracias por estar en mi vida.
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Carmen, agradezco y aprecio tus bellas palabras hacia mí y lo que escribo. En verdad lo hago con mucho gusto y me encanta contribuir a que la gente se sienta bien. Recibe un abrazo con la amistad y el cariño de siempre.
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Mi abrazo Poeta.
Es urgente aplicar esos colores que todo el tono se vuelve gris.
Muy hermoso lo que escribiste aunque muy triste.
Otro abrazo fuerte.
Santiago.
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Querida Esperanza, es momento de que todos sumemos y multipliquemos amor, alegría, fe, esperanza y sentimientos nobles. Cerremos las puertas al miedo, a lo negativo, a la maldad. Es momento de actuar para bien de todos. Saludos y un abrazo.
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