Santiago Galicia Rojon Serrallonga
Responsables del saqueo irracional en bosques y selvas, de la explotación de seres humanos inocentes, de la invasión de reservas naturales, del asesinato y comercio de animales en peligro de extinción -elefantes, hipopótamos, rinocerontes, jirafas, orangutanes, gorilas, chimpancés, felinos-, de la contaminación ambiental, de la miseria, enfermedad e ignorancia y de crímenes en perjuicio de incontables seres humanos, ellos, los miembros de la élite mundial que controlan y manipulan gobiernos serviles y artistas, científicos, intelectuales y medios de comunicación mercenarios, pretenden hacer creer a las multitudes -ahora presas bajo el terror de una enfermedad distorsionada, cultivada y propagada, con la consecuente justificación de una vacuna y la destrucción de libertades y esquemas familiares, económicos, educativos, morales, religiosos, sociales y políticos, que son escoria y responsables de la degradación del planeta. Todo les ha resultado negocio redituable, acorde, desde luego, a la aplicación gradual de sus proyectos crueles y perversos. Mira que distraer y entretener a la gente con imágenes de innumerables animales que regresan a las ciudades desoladas, digno de una historia fantástica en busca del vergel -¿regresar?, ¿tienen que trasladarse a las urbes, donde el asfalto y el concreto cubren los poros de la tierra, sitios en los que todo es artificial y hasta los alimentos se encuentran procesados y enlatados?- o por medio de algún reportaje de maltrato a un perro, a una mascota, lo cual es lamentable y definitivamente reprobable, cuando ellos, los poderosos, organizan y llevan a cabo safaris y asesinan animales en peligro de extinción, abusan de la gente débil y se apoderan de recursos naturales y minerales. Claro, durante la cuarentena por el coronavirus, algunos animales llegaron a las poblaciones por encontrarse próximo su hábitat; pero no fue, como pretendieron que lo creyeran las personas, por el hecho de que el ser humano es basura. Con mucha astucia y cierta intencionalidad, hacen creer a la gente, en su encierro doméstico, que es antítesis de la naturaleza y la vida, cuando ellos -unas cuantas familias acaudaladas y poderosas- son responsables de dirigir un concierto que desea la tragedia humana. Vaya, es deleznable aquel que en su despacho ejecutivo, en su biblioteca ornamental, en su galería, en su cantina o en su salón de juegos, exhibe la cabeza de un rinoceronte, como lo es, también, quien arroja basura en la calle o la abandona durante un día de campo. ¿En qué nos hemos convertido?
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Es muy atinado este comentario ,los poderosos del mundo han manipulado nuestros recursos,nuestras aguas,fauna,flora ,nos tiran su basura tóxica ,los paises ricos opinan siempre de los que los países tercer mundista como ellos nos llaman debemos hacer,pero siempre ellos nos predican una moral en calzoncillo.Me gusta como ha enfocado éste tema.
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Agradezco tu comentario, el cual contribuye a enriquecer mi texto. Me resulta muy valioso. Es verdad, los poderosos abusan y explotan irracionalmente y acusan a los más débiles y pobres de ser la causa del deterioro del mundo Es hora de despertar.
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En que nos hemos convertido? En una subespecie de tiranos que por la codicia arrasan con su hogar y por la indiferencia de la mayoría este cáncer crece cada día más…
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Así es todo ser sensible, debe respetarse. Como también de cuidar la contaminación en todos los sentidos de la naturaleza. Que bueno que tocaste este tema tan relevante para nuestra existencia.
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