El encanto de la lluvia

SANTIAGO GALICIA ROJON SERRALLONGA

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La lluvia es poema diluido en gotas de cristal que las nubes derraman al abrazarse una mañana o una noche, una tarde o una madrugada, en una estación y en otra, mientras la arcilla, en el mundo, extiende sus planas con la idea de recibir su tinta, las palabras con aroma a tierra mojada, a paraíso, a vida, a cielo. La lluvia, en gotas livianas o en tempestad, ofrece su encanto, quizá por traer el lenguaje de Dios y las voces de las estrellas y de la corriente diáfana e infinita que fluye incesante y habla afuera y desde el interior. La lluvia es letra, música, lienzo, forma y movimiento que, al expresarse libremente, despierta los sentidos y deleita al ser. La lluvia, al besar las cortezas, los árboles, las plantas las flores, la tierra, es cascada, río, manantial, lago y mar que libera perfumes que pertenecen al mundo y al paraíso. El encanto de la lluvia consiste en admirarla, en sentir y disfrutar sus gotas, en escucharla, en vivir cada encuentro e incluirla en la ruta de un paseo inolvidable y grandioso.

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