Las guerras

SANTIAGO GALICIA ROJON SERRALLONGA

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Las guerras inician en los hogares, cuando el padre y la madre compiten y son adversarios, al reñir o al engañarse. Transmiten, en consecuencia, odio y resentimiento a sus hijos, a sus descendientes, que se traduce en violencia. Las guerras comienzan desde el instante en que no se olvidan ni sanan las heridas. Las guerras se vuelven reales al hacer de los recuerdos infaustos, motivos de discordia, rivalidad y venganza. Las guerras quebrantan la paz al ausentarse de los seres humanos el respeto, los valores y los sentimientos nobles. Las guerras se acentúan al prevalecer, en la gente, la ambición desmedida, al arrebatar a otros lo que poseen y al envidiar lo que han conseguido. Las guerras ensombrecen y matan cuando unos y otros se odian tanto y su ceguera, vacío espiritual e irracionalidad les impiden seguir la ruta del bien, la paz, el respeto y la justicia.

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La diferencia

SANTIAGO GALICIA ROJON SERRALLONGA

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Dueña de una fortuna incalculable, accionista de firmas empresariales a nivel internacional y propietaria de una mansión que contaba con biblioteca, salón de fiestas, piscina, canchas de tenis, campo de golf y muelle para yates particulares de lujo, era una mujer piadosa y sencilla, con una historia grandiosa e irrepetible, una de esas personas que no se olvidan, sensible y talentosa, que hablaba con el pordiosero y con el magnate.

Alternó con inversionistas, empresarios, políticos, gente de la realeza, mandatarios y personas famosas, y nunca dejó de visitar orfanatos, hospitales y asilos, siempre con detalles y sonrisas, palabras de aliento y mensajes positivos. A nadie lastimó por su aspecto ni por su condición económica. Era refinada, humilde, respetuosa y educada.

Si miraba, desde su automóvil lujoso, a alguna persona en la calle, en un parque, con hambre o con frío, enferma o moribunda, pedía a su chofer que parara. Aliviaba el dolor, la angustia, el sufrimiento. No dejaba pasar un día sin hacer algo benéfico a los demás, a quienes realmente lo necesitaban. Era jardinera de la vida y curaba los males al intervenir en el sufrimiento de los desvalidos.

No se enamoró del dinero ni del poder, a pesar de que fueron sus acompañantes durante su caminata por el mundo y, por lo mismo, al dar el último suspiro, su esencia trascendió y no quedó atorada entre los muros de su residencia. Salvó de quedar atrapada entre el lujo pasajero y, en consecuencia, no se volvió fantasma aferrado a las cosas materiales que le fueron tan útiles para dedicar una parte a hacer el bien.

Estos días la he recordado por su grandeza ejemplar y su vida admirable y de virtud modelo, tras enterarme del trato indigno que un ama de llaves da a los empleados de una finca. Recibí la queja de los trabajadores, quienes, descontentos e impotentes ante los abusos de autoridad, las majaderías y las arbitrariedades, mencionaron que ella, la mujer, es mezquina, intolerante y déspota.

Una vez más, al comprobar sus actitudes de crueldad y odio contra las personas que considera inferiores y rivales, y de amabilidad fingida y lambisconería hacia la gente con mayor poder económico y político, detecto de inmediato la diferencia que existe entre aquellos que poseen riqueza interior, valores, y quienes son tan insignificantes y vacíos que prefieren coexistir entre decoraciones pasajeras.

La vida no consiste en acumular puntuaciones negativas, como lo hace la mujer que se cree dueña de la finca y maltrata, irracionalmente, a los empleados que tiene a su cargo, ni de lisonjear a los que, por su posición social, tienen riqueza material y poder; al contrario, se trata de sentir, pensar, hablar y actuar con respeto, siempre con el anhelo genuino de hacer el bien y contribuir a sumar y multiplicar, en armonía y con equilibrio, hacia la evolución humana.

Cuando falleció la mujer acaudalada de la que hablé al principio de esta historia real, innumerables personas de todas las clases sociales se enteraron de la noticia y pensaron en ella con verdadero amor y con gratitud, como la recuerdan hasta la fecha; al contrario, el ama de llaves que, al creerse dueña de la finca que administra, minúscula si se le compara con la mansión descrita, que existe en Estados Unidos de Norteamérica, con el encargo laboral que tiene, llega uno a la conclusión de que dedica, esta temporada de su vida, a la obsesión que la acosa en la mañana y en la tarde, al mediodía, en la noche y en la madrugada, igual que la fiebre al enfermo que agoniza en su delirio, de la que supongo, algún día, se volverá espectro y penumbra.

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Cuando despertemos

SANTIAGO GALICIA ROJON SERRALLONGA

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¿Y si los niños de la hora presente, olvidan jugar, reír y soñar? ¿Y si, al despertar, encuentran un mundo despedazado? ¿Y si, además, pierden el concepto y la imagen de la familia? ¿Y si alguien, y otros más, vacían su interior y lo convierten en depósito de basura y sobrantes? ¿Y si la infancia se acostumbra a la muerte, a la violencia, a la inseguridad, a los barrotes y a los candados, a la contaminación, a la escasez? ¿Y si los pequeños de hoy ya no recuerdan, de pronto, que son la esencia que mora en su interior y no la superficialidad a la que le rinden culto? ¿Y si, por añadidura, despedazan y sepultan su creatividad, sus sentimientos, sus ideales, sus sueños, su inocencia sus anhelos y sus pensamientos? ¿Y si, cuando lo notemos, al despertar, al siguiente día, la niñez de ahora ya es adulta y nosotros, envejecidos, contemplamos con arrepentimiento, tristeza y dolor los resultados de nuestra irresponsabilidad?

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La Tierra

SANTIAGO GALICIA ROJON SERRALLONGA

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Era un pedazo de cielo, un trozo de paraíso, con la sustancia que fluía en todo, con el agua que corría etérea, con el viento que acariciaba suave o intensamente, con el fuego que calentaba y con la tierra de la que brotaban los colores, las formas, los sabores y las fragancias. Parecía, entonces, un milagro, un destello del infinito dentro de la realidad y del sueño de la temporalidad. La Tierra estaba diseñada para hacer una escala inolvidable durante la travesía hacia el hogar eterno. Alguien, y muchos más, la convirtieron en basurero al sentirse sus propietarios. Todos se adueñaron de porciones, alrededor del mundo, hasta que olvidaron devolverle su sentido natural. Simplemente, la Tierra fue herida con perforaciones y la sustracción de sus tesoros, matizada de tonalidades ficticias y cubierta de concreto, plástico y asfalto. Le arrebataron su esencia y la transformaron en cascarón. Ahogaron sus poros. Sobre la Tierra, donde se expresa el milagro de la vida, alguien, y otros más, provocan incendios, deforestan, contaminan, depredan y explotan armas mortales. Asustados por sus muestras y rasgos de agotamiento y colapso, alguien, y los otros, desdeñan a la Tierra y a sus moradores, pretenden aniquilar a la mayoría y someter a quienes sobrevivan, y buscan, paralelamente, otros mundos que les ofrezcan condiciones naturales para habitarlos. Creen merecer, por sus fortunas materiales, su poder militar y político, y su complicidad perversa con científicos mercenarios y ensoberbecidos, con mentes desequilibradas, un mundo perfecto, cuando han hecho de un fragmento de cielo, un escenario infernal. La Tierra fue un paraíso, hasta que alguien, y otros más, por generaciones, la volvieron un muladar. No es que la Tierra ya no dé frutos; es que muchos le arrebataron su aliento y su producción natural, y pocos le entregaron una retribución que compensara y equilibrara sus faenas. No es que la Tierra caduque; es que el ser humano, la única criatura que en el planeta se ha sentido racional y privilegiada, la envejeció y la enfermó. No es que la Tierra ya no produzca alimentos y otros bienes naturales; es que la ambición humana prefirió pisos de mármol, objetos de oro, albercas privadas y terrazas de lujo, al mismo tiempo que taló árboles en bosques y selvas, arrasó con esteros y lagos, secó cascadas, manantiales y ríos. No es que la Tierra sea una estación de paso, inhóspita en el universo; es, simplemente, que la humanidad le ha faltado al respeto al convertirla en el infierno que concibió en su mente. La Tierra era un pedazo de cielo.

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Un poema silencioso, un texto callado

SANTIAGO GALICIA ROJON SERRALLONGA

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Hay silencios que, a veces, parecen sepulturas, hondos vacíos que callan todo, carentes de epitafios y de nombres; pero también existen sigilos que dicen tanto, a pesar de la inexistencia de palabras. Hoy recurro a tales silencios, y lo hago con la intención de que hasta usted lleguen y los escuche desde su interior. Son pausas, este día, en las que, al no trazar letras, al evitar sonidos, compongo un poema inspirado en usted, un texto inusual que le confiese mi plan de cultivar orquídeas, rosas y tulipanes para regalarle, cada amanecer, pétalos cargados de gotas del rocío, suspiros y una historia irrepetible con la locura de un amor que no se puede ocultar. Hay silencios que de improviso aparecen cuando uno escribe, espacios que quedan al descubierto, en los que caben su nombre y el mío, con todo lo que sentimos. Se trata de páginas que uno prefiere que queden en blanco, ausentes de palabras, con el propósito de que hablen al oído, que susurren y que el viento, al arrastrarlas, las lleve hasta la habitación donde usted vive, sueña y duerme. Son expresiones sigilosas, mensajes desprovistos de líneas y de sonidos, simplemente porque, en ocasiones, callar dice todo. Hay silencios que provocan que uno, en la buhardilla de escritor, en el taller de artista, decida que las páginas naveguen a otras rutas, como este día lo hago al sentirme inspirado por usted. Los silencios, cuando vienen del interior, ofrecen mensajes libres de ornamentos y de antifaces, acaso por pertenecer al alma, quizá por ser tan puros, tal vez por su significado. A usted le dedico un poema silencioso, un texto callado, con la idea de decirle tanto.

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Lo que se da

SANTIAGO GALICIA ROJON SERRALLONGA

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Los pequeños actos de amor, son pedazos de cielo que algunos seres humanos, en mayúsculas y en minúsculas, en femenino y en masculino, tienen el don de regalar a otros, en un sentimiento auténtico y puro. El bien y sus detalles son, innegablemente, flores que la gente afortunada trae de paraísos que se sienten en el alma, en el interior, y que se extienden al infinito. El conocimiento que se imparte, las lecciones que se dan pedir algo a cambio, son frutos exquisitos que vienen de otras rutas y saben a la fuente creadora. Las sonrisas genuinas, recuerdan el equilibrio y la armonía con la vida. Resulta maravilloso coincidir, durante la caminata, con alguien que ya trae consigo los ingredientes de su esencia y que, como el agua que fluye y reparte vida, reproduce el bien infinito.

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El otro asunto

SANTIAGO GALICIA ROJON SERRALLONGA

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El otro asunto es que la idea es fragmentar a la sociedad, dividirla, generar antagonismos, romperla, separar a las familias, a los individuos y a los grupos sociales. Al provocar conflictos y diferencias entre los opuestos que, finalmente, son complemento unos de otros -padres-hijos, maestros-alumnos, adultos-menores-, hombres-mujeres, patrones-trabajadores, autoridades-sociedad-, resultará fácil irrumpir y ejercer un dominio absoluto. Padres y madres, acérquese más a sus hijos, demuéstrenles amor con acciones nobles y no con objetos ni con superficialidades, comuníquense con ellos, ábranles las puertas de la confianza y del respeto. Hijos, no olviden que un padre, una madre, son una bendición, un tesoro incondicional que siempre permanecerá con ustedes, en las calmas y en las tormentas. Maestros, enseñen a sus alumnos, desechen su arrogancia en caso de que la tengan, comprendan que cada estudiante posee diferentes capacidades de aprendizaje, conviertan la enseñanza en una pasión y no en una tortura. Estudiantes, aprendan, interésense en el conocimiento y en las lecciones. Patrones, sus trabajadores son seres humanos, no máquinas ni personas inferiores. Trabajadores, realicen sus labores con gusto y con responsabilidad, cuiden sus fuentes de empleo e ingreso. Respétense todos. Manténganse en comunicación. Eviten la discordia, el odio, las diferencias. Los que sean adoradores de las superficialidades y practicantes de la estulticia, renuncian a tales dosis de veneno. No son productos en serie. Únanse. No pierdan la comunicación sincera, a pesar de que traten de asustarlos y separarlos. No se consideren rivales. Solo así será posible enfrentar a quienes, dueños del poder económico, militar, político, científico, tecnológico y mediático, ambicionan imponer un sistema global que someta y explote a todos los seres humanos.

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Que nadie les arrebate sus sueños y su imaginación, sus anhelos y sus ilusiones…

SANTIAGO GALICIA ROJON SERRALLONGA

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Nunca permitan que les desbaraten sus sueños y sus ilusiones. Impidan que les roben sus locuras y sus anhelos. Cuiden su imaginación y su creatividad, sus motivos y sus fantasías. Y que nadie apague sus alegrías y sus sonrisas. Cada día, a pesar de que a veces haya momentos de tempestades, disfrútenlo plenamente, contentos, lejos de aquellos que, por vibrar a escalas tan bajas, provocan dolores, tristezas, males y naufragios. Eviten que arranquen la inocencia a los niños y las ilusiones a los adolescentes y a los jóvenes. La pretensión local y global es robarles sentimientos, ideales, fantasías, imaginación, sueños, ilusiones y anhelos con el propósito de vaciarlos y transformarlos en marionetas insensibles y ciegas, en títeres enajenados y autómatas, en muñecos procesados en serie. Sean creativos y originales. Vivan demasiado y sueñen mucho. Si alguna vez desarticulan a la humanidad y la convierten en maquinaria, ausente de sentimientos y de ideales, de pensamientos y de sueños, de anhelos y de ilusiones, de creatividad y de imaginación, los hombres y las mujeres se volverán seres programados para cumplir tareas, parecidos a los robots y con el patético semblante de quien solo es un organismo biológico con determinada vigencia. No permitan, por ningún motivo, que saqueen e incendien sus ilusiones, creatividad, sueños, fantasías, anhelos e imaginación.

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Al medio mes

SANTIAGO GALICIA ROJON SERRALLONGA

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Apenas hace días preparabas la celebración de fin de año, entre burbujas de alegría, ilusión y fantasía, y hoy, al despertar, notaste que el calendario señala poco más de la mitad del mes de enero- interrumpió la vida y me preguntó-: ¿Qué hiciste en medio mes? ¿Transcurrieron los minutos, las horas, los días, con tu alegría y optimismo o, simplemente, con enojo y tristeza? ¿Renovaste tu vestidura interior, la ruta a tu ser, o te encuentras desgarrado? Piensa. Reflexiona en tus sentimientos, ideales, motivos, ilusiones, actos, palabras, sueños y pensamientos. ¿Fueron nobles en el lapso del primer medio mes del año? ¡Mídete! ¿Sentiste, pensaste, hablaste y actuaste bien, cultivaste pequeños detalles y te comportaste grandioso para ti y los demás? Si hicieras un balance del primer medio mes del año -oh, enero, enero que escapa tan rápido-, ¿definirías ese fragmento de tu vida como parte de un capítulo irrepetible, bello, inolvidable y maravilloso?

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Oh, se hizo de noche

SANTIAGO GALICIA ROJON SERRALLONGA

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Oh, se hizo de noche cuando pensaba que aún era la tarde. Las horas transcurrieron fugaces e inseparables, negadas al reposo, y, ahora, al año hay que restarle un día más; pero también a mi existencia, a mi vida que alguna vez creí duradera en el mundo. Oh, se hizo de noche y no podré concluir las tareas que en la mañana dejé pendientes por suponer que el tiempo, en el mundo, es perenne. No noté que todo, en la vida humana, tiene un final, una caducidad, una vigencia. Oh, se hizo de noche, mientras creía que vivía y olvidaba mis anhelos, ilusiones y sueños. Oh, se hizo de noche cuando me sentía tan joven. No calculé que la temporalidad de la jornada terrena, aplica a todos y que hay instantes para amar, hacer el bien, aprender, reír, realizar algo grandioso y evolucionar. Oh, se hizo de noche y aún traigo cargas y ligerezas que debo tirar o cultivar para bien mío y de los demás. Mis sentimientos, mis obras, mis pensamientos, mis acciones y mis palabras justifican o reprueban mi paso por el mundo y por la vida humana. Oh, se hizo de noche cuando la mañana alumbraba mis caminos y el mediodía parecía inagotable. Llegó la tarde, con sus detalles y sus razones, y pronto apareció la noche, una noche cargada de estrellas, una noche que invita al descanso y al sueño a quienes han cumplido o al desencanto a aquellos que olvidan su esencia, las rutas a la plenitud, el itinerario a la realización. Oh, se hizo de noche. Esperaré el amanecer, con emoción e ilusión, con la idea de reparar lo que descompuse, restaurar las ruinas que he dejado a mi paso, sonreír, sentir la vida en mí, disfrutar mi estado presente, abrazar a la gente que amo y expresarle mis sentimientos, enmendar mis errores, cultivar flores, arrancar espinas y dejar mis huellas en el camino. Oh, se hizo de noche.

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