Santiago Galicia Rojon Serrallonga
Derechos reservados conforme a la ley/ Copyright
Toda experiencia ajena a lo cotidiano, a la rutina, desmorona la mediocridad, construye y enriquece la vida, principalmente cuando es para bien de uno y de los demás. Cuando uno se atreve a vivir libre y plenamente, se da cuenta de que lo que suponia eran barrotes, simplemente formaba parte de una cerca endeble y despiadada con aspecto de mazmorra. La luz penetra a la habitación conforme se descorre el cortinaje pesado y se abren los ventanales. La oscuridad, en cambio, permanece hasta que alguien la desvanece por medio de la luz y sus colores mágicos. Incontables personas tienen miedo de renunciar a sus conveniencias aparentes y a su comodidad, se sienten más seguras como espectadores o creen que algún día llegarán hasta sus puertas las oportunidades, la fortuna y la dicha, cuando se trata de aprender y asimilar, descubrir el sentido de la vida y explorar senderos y rutas, conquistar abismos y cumbres. Tal vez, al intentar ser diferente, saltar el corral y vivir en armonía, con equilibrio, intensamente y con plenitud, quien se atreva a hacerlo, despertará el coraje y la envidia de otros, quizá hasta de las mayorías; pero tal experiencia de vida resulta inigualable y es, en verdad, una aventura grandiosa, una verdadera epopeya. La vida es breve. Es necesario crecer, evolucionar y ganar los siguientes peldaños. Vamos a vivir.
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