Santiago Galicia Rojon Serrallonga
…de pronto notamos que a nuestro alrededor flotaban burbujas y rodaban esferas de colores. Estábamos tan contentos que, acaso sin percibirlo, se multiplicaban conforme mayores eran nuestros sueños e ilusiones. Mayor alegría experimentamos al descubrir que se trataba de los dibujos de Dios, los colores del cielo, para hacer realidad y vivir intensamente el encanto de nuestros sentimientos
Los sueños, fantasías e ilusiones son burbujas que flotan alrededor de nosotros, cuando somos tan felices y hasta la constelación, el agua que brota de las fuentes, la banca cubierta de hojarasca y la lluvia son motivo de alegría, juegos y risa. Son imágenes que se repiten en todo y contribuyen a hacer del amor una locura, un encanto, una aventura inagotable, un delirio. Las lleva uno a otros planos, mientras duerme, y las vive con intensidad aquí, en el mundo, con la esperanza de prolongarlas mañana, al siguiente día y siempre, allende las fronteras del tiempo y el espacio. Son los dibujos con los que Dios deleita a los seres humanos que consiente, a aquellos que se atreven a retirar máscaras y atuendos para descubrirse a sí mismos y amar plenamente y ser, en consecuencia, muy dichosos. Son oasis, pausa, inciso y paréntesis de los seres que intentan apartarse de lo burdo para elegir un estilo de vida prodigioso y superior. Acompañan a la realidad. Los sueños, fantasías e ilusiones caminan de la mano de la realidad y la equilibran, le dan un sentido bello. Los días de la existencia conducirían a los extravíos de la razón sin esos globos de colores que marcan el equilibrio, arrancan sonrisas y dan esperanza y descanso. Se trata, parece, de esferas de colores que devuelven las imágenes sonrientes a través de sus reflejos hechizantes. Uno las debe cuidar y limpiar todos los días para evitar que se rayen o se fracturen y transformen en trozos inservibles. Tienen similitud con los detalles. Los sueños y las ilusiones deberían de ser inquebrantables, plataforma para vivir la historia más bella, intensa, sublime, maravillosa e inolvidable porque tienen el encanto y la magia de transformar las figuras en realidades. Lamentablemente, no pocos seres humanos -hombres y mujeres- opacan y rompen las esferas de sus sueños e ilusiones ante la ausencia de amor, proyectos de vida, entusiasmo, alegría y deseos de enfrentar las adversidades y luchar por conquistarlos. Las paladas de egoísmo, discordia, celos, rutina, infidelidad, falta de respeto, discusiones, problemas y superficialidades, sepultan el esplendor de ese regalo del cielo. Dentro de la realidad cotidiana, uno debería de andar entre burbujas y reventarlas aquí y allá, en todas partes, para vivir su exquisitez. Al andar contigo por las rutas de la vida, miro con emoción incontables burbujas que flotan a nuestro alrededor e innumerables esferas que ruedan mientras caminamos, quizá como obsequio de Dios para recordarnos que cada instante tenemos oportunidad de ser felices y materializar nuestros sueños, amor e ilusiones y convertirlos en puente para cruzar el mundo, el universo, y llegar al palacio que alguna vez trazamos sobre la arena de la playa, cuando imaginamos los jardines del cielo.
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