Tengo un sueño

Santiago Galicia Rojon Serrallonga

Y ese sueño tan real, eres tú

Tengo un sueño que me acompaña desde que estaba en otro plano, antes de nacer aquí, en el mundo. Es una quimera, el delirio de una ilusión. Olvido, a veces, que estoy despierto por unos instantes dentro de la eternidad, que me encuentro en un paraje terreno y que mi estancia es temporal, quizá por sentirte tan cerca de mí y saberte el amor de mi historia y el color de mi cielo. Mi desvarío eres tú, con  el anhelo y la idea de compartir nuestros sueños y la vida, hasta que ambas expresiones se fundan en el engranaje del tiempo y en la fórmula de la inmortalidad. Ahora que te sé ángel y humano, dama y mujer, poema y música, me reconozco en ti, seguramente por ser caballero y hombre, cuaderno de apuntes y violín. Ambos somos tú y yo, nosotros. Es así como reconstruyo los antiguos recuerdos que se diluyeron en mi memoria, cuando tú y yo éramos los niños de un paraíso y alguien decretó colocarnos en el mundo para probar la fidelidad y la pureza de nuestro amor. Tengo un sueño , y eres tú, es nuestra historia, es mi poemario y es mi locura de artista enamorado. Eres mi sueño y el encanto de un amor que pulsa en mí, en ti, en nosotros, y en la servilleta de papel que te entrego a hurtadillas -tú lo sabes-, en la que escribo mis confesiones y expreso mis sentimientos cuando me miras y sonríes. Respiro tu perfume, siento tu presencia en mi rostro y en mi alma, llevo tu sabor y me sé tú cuando eres yo, y es así que compruebo que los sueños no son intangibles, que se cumplen si uno cree. Guardo en ti una parte de mí y conservo en mi interior un fragmento tuyo, no para coexistir los dos encadenados en una celda, sino con la intención de ser tú y yo en una caminata libre e inolvidable. Eres mi sueño y mi vida, mi temporalidad y mi eternidad, mi yo y mi tú. No me he quedado con residuos de mis sueños porque todos, te lo aseguro, se han cumplido, y ahora que moras en mí y habito en ti, entiendo que alguien muy especial que pulsa en las frondas, en las cortezas musgosas, en el océano y en las estrellas, los cumple al percibirlos auténticos y nobles. Comparto a tu lado, siempre contigo, un sueño de amor, el encanto de un romance, la dulzura de un idilio que coloca a uno y a otro, a ti y a mí, en la realidad de un mundo de sensaciones y en un cielo de sentimientos. Hacemos vida de nuestra más dulce entelequia y sueños de la realidad. Al mirarte en mí y sentirme en ti, descubro lo mucho que tenemos de nosotros y compruebo que la vida es tan sueño como uno lo desea y que las ilusiones se vuelven reales en la medida que se les construye. Veo en tu mirada la mía y así es como entiendo tu vida y tu naturaleza, y hago de las coincidencias nuestra fortaleza y de las diferencias el complemento que nos enriquece. Eres tú mi sueño, mi realidad, mi estancia temporal y mi condición inmortal. Somos ambos el sueño que tuvimos durante una infancia azul y dorada, cuando te sabías una niña patinadora y me sentía conquistador de incontables hazañas para ti. Todo, en una historia de amor, es sueño como vida. Intento aclarar que tengo un sueño que data de otros tiempos y que consiste en fundirnos en un crisol para ser tú y yo, nosotros, uno más otro, y de este modo hacer de la vida un concierto sin final, una obra inmortal, un mundo y un cielo.

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Eres mi sueño

Santiago Galicia Rojon Serrallonga

Sabía que un día, en alguna estación de mi existencia, la definiría entre los viajeros, y así fue, la descubrí a unos pasos de mí, entre el mundo y la eternidad, con un estilo y una luz que me parecieron tan suyos y míos, que me apresuré al reencuentro. La reconocí. En mi infancia dorada, cuando la presentía en mí, entendí que los sueños son reales cuando uno cree y que alguien muy bondadoso, quizá en la morada de la creación, se encarga de cumplirlos si son puros y sinceros. Creí en nuestro encuentro y ahora es mi musa, color de mi vida, promesa de un cielo sin final, mi poema y mi amor. ¿Es sueño, vida o ambos? Es, simplemente, un sueño que cada instante se convierte en realidad. Es todo. Nada la desvanece. ¿Acaso mueren las estrellas cuando uno, en el mundo, contempla el amanecer?

Eres mi sueño, no porque todas las noches, al dormir, me encuentre contigo en un mundo prodigioso, en un plano mágico, sino por despertar y saberte real, por retornar de mis quimeras y sentirte conmigo, por abrir los ojos y saberme acompañado durante mi jornada terrena. Eres mi sueño, no por considerarte fantasía, poema, quimera e ilusión; es por ser la imagen que descubro al mirarme en el espejo, por el rostro que defines al ver tu reflejo, por nuestras sonrisas retratadas en el agua de la fuente y en los remansos cristalinos. Eres mi sueño, por tus detalles y ese estilo especial y tan tuyo, por tus riquezas interiores y tu belleza. Eres mi sueño por ser compañera y protagonista de nuestra historia, por dejar la actuación de personaje incierto y convertirte cada día en color de mi vida y promesa de un cielo esplendoroso. Eres mi sueño porque haces los guiones a un lado y te transformas en ti, en mí, en nosotros, auténtica y feliz. Eres mi sueño porque estás aquí y ahora, conmigo, con la idea de disfrutar una eternidad compartida. Eres mi sueño por ser mi realidad. Eres mi sueño porque no me agradaría que fueras proyecto inconcluso. Eres mi sueño porque así traes abrazos, juegos y risas a nuestra unión. Eres mi sueño porque cuando los días de la existencia tienen una alegría, un motivo, una ilusión, son de mayor dulzura y parecen más cercanos al alma y a Dios. Eres mi sueño porque un día y otro de mi infancia dorada, pregunté por ti, te percibí en mis noches de somnolencia y te supe sustraída de un cuento de hadas y princesas. Eres mi sueño porque un día apareciste en mi sendero, en una de las estaciones de nuestras existencias, como te presentí, igual a la niña con la que otrora jugué en salones palaciegos y en jardines edénicos, y te reconocí al descubrirme en tu mirada. Eres mi sueño porque te encontré en el perfume, la textura y la policromía de las flores, y en el azul tan profundo del cielo y del mar, en las burbujas de los manantiales, en las gotas de la lluvia, en las caricias del viento y en las tonalidades de las hojas. Eres mi sueño porque la realidad tiene algo de fantasía y las quimeras e ilusiones se vuelven reales cuando uno cree. Eres mi sueño, no por haber escapado de una morada infinita y permanecer refugiados en un terruño temporal, sino por caminar y volar juntos, tomados de la mano, libres y plenos, con el sí y el no de la vida, con sus claroscuros, hacia la ruta donde el agua es etérea y fluye incesante. Eres mi sueño porque así, como eres, pedí a Dios vivir la dulzura y profundidad de un abrazo sin final. Es cierto, eres mi sueño porque finalmente tú y yo entendemos lo que significa vivir con un estilo distinto y especial, más próximo al deleite y la excelsitud infinitos que a los rasguños de la superficialidad. Eres mi sueño porque sabemos los dos que un encuentro pasajero es sepultado en el olvido, y que un abrazo, otro y muchos más, envueltos en la dulzura y el silencio de quienes se aman y perciben las voces de sus almas y los rumores celestes, son las perlas de un collar que lleva a un paraje magistral, a la unión que inspira la luz y alumbra el universo con luceros de cautivante hermosura. Eres mi sueño.

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