Es simple…

Santiago Galicia Rojon Serrallonga

Simplemente, una declaración de amor…

Es simple. Deseo un amor para compartir una historia de horas, días o años en el mundo -conservo el encanto de desconocer la vigencia de mi vida terrena-, y prolongarla, si acaso es posible, a planos recónditos, a rutas insospechadas, a paraísos infinitos, a zonas de silencio y de rumores bellos y prodigiosos. Es sencillo. Busco una musa con tu nombre y tus apellidos, con tu edad y tus ojos, con tu voz y tus manos, con tu historia y tu estatura. Es fácil. Mi idea es impregnar tu mirada, tus labios y tu rostro con las palabras y los sentimientos que reservé para ti al intuir que un día, en algún lugar, te encontraría. No es complicado. Mi objetivo es mirarte, reconocerme en ti, confesarte mis insondables secretos y pactar la promesa de días y noches felices entre flores y estrellas, sumergidos en el encanto de un amor sin final. Es factible. Mi proyecto consiste en hacer de ti un mí y de yo un tú, sin perder identidad ni libertad porque el amor no es contrato ni prisión. Es asequible. Mi intención es percibir tu fragancia, platicar contigo en una banca, contabilizar estrellas y soñar y vivir. Es posible. Mi plan es deletrear tu nombre en un poema, dejar constancia de tu risa de niña y tus pestañas de muñeca linda, jugar a la vida y al amor. Es viable. Mi interés se concentra en ti, en un romance de ensueño, como los idilios de antaño, cuando los latidos de un corazón eran los del otro al coincidir las miradas, al recibir una carta o una tarjeta, al tomarse las manos, al imaginar una historia juntos y tratar de vivirla. Es realizable. Quiero sentir, pensar, escribir, hablar y protagonizar un «te amo» cuando estás conmigo y también si por alguna razón te encuentras ausente unos minutos o unas horas, como si se tratara de la fórmula mágica para eternizar el perfume de un romance irrepetible. Es sencillo. Se trata de que ocupes el mejor espacio en mi biografía y yo en la tuya, y si pregunto de improviso si ya dije que te amo, entiendas que mi interrogante es afirmación y que las palabras, vertidas en un poema infinito, son embarcaciones que navegan hacia una orilla de sueños, realidades, alegría e ilusiones. Es claro. Eres el nombre y el rostro que soñé,, la esencia y la arcilla que sentí, el perfume y el color que percibí. Es simple. Te amo.

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