Santiago Galicia Rojon Serrallonga
Existe mayor grandeza en reconocer los errores que en acaparar y coleccionar reconocimientos y aplausos que provienen de la falsedad. Lo primero, significa presentarse con la mirada límpida y de frente, con una canasta pletórica de valores; lo segundo, en cambio, equivale a mostrar el lado oscuro, el rostro maquillado, y aprovechar la desmemoria e ignorancia colectivas.
Somos criaturas débiles. Tenemos demasiada fragilidad, al grado, incluso, de que en ocasiones, voluntariamente o sin desearlo, emprendemos acciones que dañan a otras personas, y el orgullo que cargamos impide solicitar perdón.
Estamos acostumbrados, parece, a ser muñecos de aparador, maniquíes de boutique, y con ayuda de la nodriza llamada televisión y del padrastro en que se ha transformado el lado oscuro del internet, competimos por enriquecernos, ser los más populares y llevar la delantera en todo, aunque implique, no pocas veces, aplastar y denigrar a los demás.
Amplio porcentaje de gente es capaz de presentar conductas perversas a cambio de obtener dinero, placeres, viajes, objetos materiales y fama, todo tan pasajero y superfluo como ellos; no obstante, las mayorías, transformadas en órgano colectivo, insensible a los sentimientos, lo excelso y los valores, se hinca y venera a tales personajes.
Hace poco, una bloguera plagió tres párrafos de 104 que forman parte de mi texto «Gota de agua», acto que denuncié públicamente. Los publicó y difundió en su blog como si fuera la autora, en francés. No respetó mi autoría. Desconoce, en el caso extremo e increíble de ingenuidad, que todos mis textos los registro en Derechos de Autor y que, por lo mismo, se encuentran legalmente protegidos en todo el mundo, de manera que tengo facultades de demandar en los tribunales internacionales a quien robe parcial o totalmente mi obra.
Ya con la queja en las redes sociales, recibí apoyo de mis familiares, amigos y contactos, varios de los cuales enviaron mensajes enérgicos y de protesta a la bloguera, quien evidentemente rechazó aprobarlos para que aparecieran en el espacio correspondiente. Afortunadamente, modificó el contenido del enlace y cambió el título de mis tres párrafos plagiados en «Gota de agua», al que en su momento denominó «Somos agua», idea que planteo en la obra. Actualmente, el sitio lo ocupa un texto que se refiere a la obra «El milagro del agua», de Masaru Emoto.
Aunque no entabló comunicación conmigo ni me pidió la disculpara, al menos suprimió mis párrafos, hecho que me tranquiliza y evitará conflictos y problemas legales a través de los tribunales internacionales.
Agradezco a mis familiares, amigos y contactos de las redes sociales, junto con los medios de comunicación que hicieron favor de publicar mi denuncia y mis colegas y compañeros blogueros, la presión para que la persona a la que me refiero, de la cual omito su identidad, eliminara los tres párrafos que presuntamente hurtó de mi obra «Gota de agua».
Con lo anterior, considero que todos aprendimos una lección significativa que consiste en sumar y multiplicar esfuerzos para denunciar y combatir la ilegalidad. Si todos aplicamos este principio en nuestras vidas y humanamente nos apoyamos unos a otros, en lo minúsculo y en lo mayúsculo, creo que daremos un paso muy grande. Recuerden que una persona abusiva, en cualquier ámbito, no podrá sostenerse ante hombres y mujeres que coinciden en valores y se unen en torno a una causa justa. Agradezco y valoro las muestras de apoyo y afecto que recibí de todos.
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Todos sabemos que eres un artista genuino y honesto. Alguien que como tú promueve el amor y los valores y habla de Dios y cosas bellas, definitivamente no puede ser un impostor. Eres original. Tienes tu estilo muy peculiar y en cualquier parte reconoceríamos tu obra, por más que haya gente que quiera apropiarse de lo que no le corresponde. Te felicito por tu valentía.
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•~…que bueno que contaras con el apoyo de todos, eso hace una gran diferencia… romper el silencio. Me alegro Santiago.~•
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Agradezco tu apoyo y tus palabras, Aileen. Considero que todos debemos permanecer unidos y atentos para evitar esta clase de situaciones. Quienes escribimos, sabemos el esfuerzo que implica el proceso creativo. Saludos y un abrazo.
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Enhorabuena, Santiago.
Es que no mereces menos que ese apoyo que ayuda a proteger algo valioso y que aunque lo compartas, no por ello deja de ser tuyo
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Me alegro mucho por ti y por todos. Un abrazo enorme Poeta.
Mi aprecio sincero.
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Gracias, Esperanza. En verdad sirvió mucho publicarlo en el blog. Mucha gente, en las redes sociales, hizo favor de enviar mensajes a esa persona. El asunto apareció en algunos medios. Afortunadamente, todo se solucionó. Abrazos.
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Un abrazo Poeta.
Mis bendiciones.
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Felicidades, maestro de las letras,un abrazo incondicional
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