Mientras dormía

Santiago Galicia Rojon Serrallonga

¿Sueño de amor? ¿Realidad? ¿Mundo? ¿Cielo? Eres tú, simplemente tú

Anoche, mientras dormía, te descubrí en mis sueños, entre filamentos de agua y nubes de colores mágicos, como sustraídos de un cielo que uno presiente en el interior, en el universo, en la flor perfumada, en la hoja ufana, en el concierto de las aves, en la cascada y en el rocío de la mañana.

No era un sueño común porque entonces, pregunto, ¿cómo definiría mis citas contigo? Si durante las mañanas y las tardes hablo contigo y compartimos el sí y el no de la vida, los claroscuros de la existencia y la intensidad de una historia especial e inolvidable, en las noches acudo puntual a nuestro encuentro.

Cuando duermo, sé que me traslado a otras fronteras, a horizontes y planos insospechados, donde tú y yo volamos y experimentamos con asombro y emoción la capacidad de volar libres y plenos y, a la vez, fundidos en un amor que late al ritmo de la vida, de las estrellas, de la creación y de nuestros corazones.

No es demencia ni imaginación, ni tampoco sueño; es, pienso, la locura de un amor que rompe fronteras con la intención de que tú y yo, los de siempre, comprobemos que somos compás de una mano prodigiosa que funde nuestras almas en polvo similar al que se desprende de las estrellas en el firmamento para dar belleza a su esencia y sus formas.

Estoy convencido de que nuestros encuentros, cada noche, son resultado de los anhelos de un romance que no cabe en el tiempo, que definitivamente no encaja en la maquinaria del reloj, y busca, por lo mismo, expandirse en los confines del sueño.

Hoy creo que alguna vez, cuando los sueños resulten insuficientes, tomaremos nuestras manos, cargaremos nuestras mochilas de excursionistas y viajaremos aquí y allá, a un lugar y otro, hasta descubrir un cielo inconmensurable, donde el tiempo sea ayer, ahora y mañana, la eternidad que anhelamos.

Gozamos, en la realidad terrena y en los sueños, el delirio de un amor que parece inextinguible, que brota de nuestras almas o de algún rincón secreto, igual que las burbujas de un manantial que surgen de las entrañas de la tierra y revientan al recibir las caricias del aire y la mirada de la luz solar, con regalos, promesas, ilusiones y vivencias.

Gracias al diseño y la arquitectura de nuestros sentimientos, aquí, en el mundo, construimos una historia que trasladamos a la línea de los sueños y que después protagonizaremos allá, en las fronteras donde la aurora es ocaso y la noche es mañana.

Anoche, al caer en las profundidades del sueño mientras llovía, regresé a nuestra cita y te miré de frente, emocionado. Observé tus ojos para descubrir mi reflejo. Besé tus labios para sentir tu sabor y escuché tu voz con el objetivo de identificarla con el rumor del mar, el susurro del viento y los murmullos de la eternidad.

Intuyo que existe una ruta interior, un camino secreto que conduce a las almas que se aman a un encuentro sublime, donde el encanto y la magia existen, hasta que un día, sorpresivamente, la vida se transforma en sueño y las quimeras e ilusiones en realidad.

Recuerdo que durante nuestras citas, en el paraje de los sueños, la alegría, el amor y las ilusiones adquieren una dimensión tan grande, que parece que uno se encuentra, dentro de su historia, en el prólogo de un cielo para los dos, en el anticipo de la inmortalidad.

Vi colores de ensueño a tu lado, resplandores, y supe, entonces, que estaba contigo en algún sitio de nuestras ilusiones. Volamos juntos y contemplamos la maravilla del amor fiel y puro, el prodigio de convertir los sueños, fantasías e ilusiones en realidad. Sólo es desearlo y luchar por conseguirlo, dijimos al unísono del canto de la lluvia y la sinfonía del océano.

Este amor es una locura, es la medida de nuestros sentimientos, la dimensión de los aciertos y desaciertos que tenemos, el delirio de coexistir felices, un estilo de vida, la demencia de reír y jugar incansables, el milagro de fundir tu alma y la mía  en el palpitar de la creación, la maravilla de mirarnos reflejados uno en el otro y la sensación de volar libres e inseparables.

Es verdad, cada día conseguimos que los sueños sean realidad y las fantasías e ilusiones, en tanto, vida cotidiana con sus alegrías y emociones, con su romancero, con las estrellas que tocamos, el oleaje que sentimos y las visitas a paraísos insospechados, solamente presentidos en las honduras inconmensurables del ser.

El sueño ya es tu vida. Tu existencia ya es sueño. Así lo deseo para ambos, dedicar los días de nuestras existencias a una excursión llamada vida y sueño. ¿No es eso el amor? ¿No es un paso al cielo?

Te dedico mis poemas, mis textos, mis obras, acaso porque ya te di alguna vez la llave de mi ser, el código de mi amor, junto con mis días, precisamente por ser quien eres, por sentirte en mí, por mi idea de inventarte en caso de que no existieras, por pretender eternizar nuestra unión.

Sólo tú y yo sabemos lo que significa hundirnos en el silencio, en la profundidad de nuestras almas, durante las noches de sueño, hasta reencontrarnos en un paraíso que sugiere que el amor y los sentimientos son reales y vienen de lo alto, de esa sensación de que hay algo grandioso que da color y sentido al universo, a la vida, a la creación, a ti y a mí.

Es cada sueño reflejo de nuestros anhelos, resultado de los sentimientos que nos envuelven, extensión de la historia que compartimos. Escapamos, quizá a hurtadillas, una noche, otra y muchas más para reunirnos en la antesala de la eternidad, entre el cielo y el mundo, donde es factible materializar las ilusiones más bellas.

Te defino en mis sueños como aquí, en la realidad, con la brillantez de tu ser, tus ojos de espejo, tu nombre de cielo, tu deleite de impregnar lo que haces y tocas con tu encanto femenino y ese estilo de vida diferente que indica que atesoras las joyas más preciadas del alma y la creación.

Imagino que nuestros encuentros son la fusión de un amor especial e inagotable, la dulzura de un beso, el encanto de una mirada, la magia de una palabra, la emoción de una sorpresa, la expresión de saber que uno no está solo, que siempre habrá alguien paralelo, con su propia identidad, que latirá al mismo ritmo y le entregará lo mejor de sí porque se trata, parece, de un sentimiento que proviene de lo más elevado.

Tan dichosos somos aquí, durante la estancia en el paraje llamado vida, que buscamos que las noches y madrugadas columpien tu alma y la mía en las cimas y los precipicios de la ensoñación. Queremos que la medida de nuestro amor e historia no sea el tiempo, el reloj que marca segundos, minutos y horas sin piedad; deseamos que la pauta de los sentimientos que compartimos se vuelva el arrullo de la eternidad.

Así son nuestras horas de sueño, encuentros felices, escapes a otros reinos, caminata y juegos, excursiones y risa, regalos y sorpresas, colores y luces, promesas e ilusiones que se vuelven encanto y realidad.

¿Es que este amor es una locura? Sí, tal vez se trata de una demencia, un delirio que envuelve nuestros corazones y que al revisar la historia que protagonizamos, le da el resplandor de uno de los luceros que cada noche alumbra el firmamento.

Más que quimeras que se desvanecen al entrar la luz por el dintel de la ventana y abrir los ojos, son jornadas, las nuestras, de espacios ajenos a las horas que arrenda el reloj, seguramente porque el tiempo no ha descubierto el portón ni mancillado y pisado la comarca que antecede al cielo.

Oh, imagino que si es una delicia estar contigo en el mundo y durante los paseos que emprendemos al terruño de los sueños, compartir nuestro amor en el jardín de la inmortalidad debe ser un privilegio, un encanto, un milagro. Y el cielo, parece, inicia en el alma y se percibe en el amor, en la felicidad, en los códigos de vida. Es un placer y un regalo escribir en la arena «tú y yo», mirar arriba el reflejo de nuestros sentimientos y susurrar a alguien «me cautivas desde el primer instante que te descubrí. Te amo».

Derechos reservados conforme a ley/ Copyright

 

 

42 comentarios en “Mientras dormía

  1. Me estremezco al leer tus textos, Santiago. ¿Quién eres, autor? ¿Quién te inspira esta belleza de párrafos? ¿De dónde obtienes tanta inspiración?

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  2. Me caso contigo, me caso contigo si me lo pides, aunque no te conozca ni sepa nada de ti, se ve que eres romántico, detallista y muy muy especial, eres un amor y te lo digo sin conocerte.

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  3. Con verdadera emoción suspiro y digo lo feliz que yo sería si recibiera uno solo de esos textos, yo creo que lo abrazaría y besaría muy emocionada porque qué bárbaro.

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  4. Eso me gustaría también porque qué amor de hombre, no tiene medida, de seguro la persona que recibe o inspira esos escritos siente mucha emoción. Yo la verdad sí me iba con él. Me gusta su forma de escribir y todo lo que propone. Yo pondría de mi parte para ser muy feliz. Caray amigas qué más quiere uno.

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  5. SANTIAGO REALMENTE ME QUEDO SIN PALABRAS ES UNA HERMOSA DESCRIPCIÓN DE UN SUEÑO DE AMOR , UN SUEÑO DE DE ENSOÑACIÓN , TAN REAL COMO LA VIDA DE SUEÑOS QUE EL AMOR VIVE, CADA DIA TE ADMIRO MAS , ES UNA GRANDEZA DE SENTIMIENTOS LOS QUE PLASMAS EN CADA ESCRITO COMO EL MEJOR SENTIMIENTO QUE SE SALE DE TU CORAZÓN, DIOS TE BENDIGA , TE CUIDE Y TE DE MAS INSPIRACION Y SIGAS CON ESE AMOR PURO EN TU CORAZÓN. UN ABRAZO ENORME Y UN UNIVERSO DE BESOS.

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  6. Escritor, cuánto por decir tienen su corazón y su alma. Cuánto por confesar. Cuánto por dar, por entregar. Cuánto por vivir, por coexistir. Cuánto por caminar en una ruta que se visualiza colmada de amor cuyo destino lleva al ahora y a la eternidad. Mientras leo cada expresión, línea, cada párrafo, me pregunto ¿Cómo define la extensión de sus textos, Santiago? ¿Cómo decide cuánto decir a su amada? ¿De qué forma su corazón y su alma expresan que es suficiente en cada texto después de haber dado rienda suelta a sus sentires más sublimes? ¿En qué momento decide aterrizar en un cierre tan emotivo?

    Veo con tal claridad la sinceridad de sus palabras cuando nos ha compartido que esperaba la llegada de su nombre de ángel. Toda la belleza que ha atesorado su ser para ella, para ambos. Es una maravilla divina, Escritor. Los sueños, los sueños nos permiten volar, llegar, estar, amar.

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  7. Tengo varios planteamientos, Santiago, como saber a qué hora escribes tú porque tus textos son tan bellos e intensos y publicados con tanta periodicidad, que la impresión que tengo es que los compones durante toda la noche y madrugada, pero es increíble cuánto publicas. Quién es esa llamada musa de la que dices es tan especial y femenina porque entiendo que es única. Cómo se puede hablar contigo. Eres tocado como escritor por una mano bendita.

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  8. Desperté con una hermosa sensación y no porque me haya ido a viajar al mundo de los sueños como lo menciona el autor de este artículo tan hermoso y subyugante, fue porque una amiga me mandó el link de la página y oh sorpresa tan agradable que fue leer este escrito y luego me piqué y seguí con otro y otro y otro y así, creo que voy a leer todos porque me gustan, me llenan, me convencen y la verdad con sinceridad están escritos a la perfección.

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  9. Santiago, aunque a veces tarde en dar mi opinión no es porque no lea tus publicaciones, las cuales cada día parecen insuperables. Es asombroso que das a conocer tu nuevo texto y encanta, pero poco tiempo después presentas otro y otro de inigualable hermosura. Tienes mi admiración.

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  10. Mi opinión es que es un texto tan bello que lo lleva a uno a sentir una felicidad muy especial, con tanta magia que se da un enamoramiento muy extraño. Estos textos de Santiago Galicia Rojon son únicos y especiales, muy bonitos.

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  11. Esto es como cuando uno llega a un lugar y de pronto le tapan los ojos para que mire por vez primera el mar tan inmenso y bonito, así lo sentí con esa hermosura.

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  12. Leo este artículo que es uno de los más hermosos de tu espacio de escritor, Santiago. Pienso que de verdad la tuya es lo que dices, la locura de un amor, porque es verdaderamente precioso y enriquecedor lo que escribes, el amor te ha llevado a escribir cosas preciosas que no cualquier persona puede hacer, eres talentoso.

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  13. Cada persona tiene sus puntos de vista y los respeto. Me refiero al comentario anterior, pero lo que me interesa decir es que disfruto mucho la lectura que con tanta maestría nos presenta Santiago Galicia Rojon S.

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